domingo, 30 de septiembre de 2012

DE SCOUT A CIUDADANO - CARÁCTER

CARÁCTER El florecimiento de una nación se debe no tanto a la potencia de sus armamentos cuanto a la firmeza del carácter de sus hijos. "Para el éxito en la vida, el carácter es más esencial que la erudición." El carácter es de valor fundamental tanto para una nación, como para un individuo. 
Y siendo lo que señala la carrera de un hombre, hay que desarrollarlo desde una edad temprana, cuando es todavía un muchacho de mente perceptiva. El carácter no puede ser imbuido en el muchacho. Él lo posee en embrión, pero es necesario hacer que se manifieste para cultivarlo. ¿De qué manera? 
El carácter es generalmente hijo del medio ambiente. Por ejemplo: tómese dos muchachos, gemelos, si se quiere. Enséñeseles las mismas lecciones en la escuela, pero poniéndolos en ambientes diferentes, distintos compañeros y hogares, fuera de la escuela. Coloqúese a uno bajo el cuidado de una madre bondadosa y alentadora, entre limpios compañeros de juego, justos y sinceros, donde se confíe en su honor para el cumplimiento de sus deberes. 
Y déjese al otro holgazanear en un hogar sucio, entre compañeros mal hablados, pillos y díscolos. ¿Será posible que éste último crezca con la misma firmeza de carácter que su hermano?
El Código de Honor del caballero medieval
es el que rige al caballero de hoy.
Millares de muchachos se pierden diariamente porque se les deja crecer sin educarles el carácter, convirtiéndose en despilfarradores, en piltrafas humanas y en pesadilla y peligro para la sociedad. Podrían haberse salvado con sólo haberles proporcionado ambiente sano en sus primeros años, cuando sus mentes pasaban por el estado perceptivo.
Y hay muchos miliares de otros que no descendieron a tal bajo nivel, (hay escorias en todas las clases sociales) pero que habrían sido hombres mucho mejores y más útiles, si a tiempo se les hubiera cultivado el carácter.
Aquí es donde reside el principal objetivo del Escultismo: educar, no instruir; pero hay que tener presente: educar en el sentido de hacer que el muchacho aprenda por sí mismo y de su propia espontaneidad las cosas que tienden a desarrollar y a templar su carácter.

sábado, 29 de septiembre de 2012

UNIFORME SCOUT


He dicho a menudo que no me importaba un bledo si el scout viste uniforme o no, con tal que ponga su corazón en el trabajo y se ajuste a la Ley Scout. Pero es raro el scout que no lo use si puede comprarlo. 

El espíritu del Escultismo lo impulsa a lucirlo. Esta misma regla se aplica a aquellos que dirigen el desarrollo del Escultismo, es decir: a los Jefes de Tropa y Comisionados, quienes no están obligados a usar uniforme cuando no les agrade, pero que en su categoría de dirigentes tienen que subordinar sus preferencias para dar el ejemplo a los demás.
Personalmente, yo me pongo uniforme aunque sólo sea para inspeccionar a una patrulla, porque tengo la seguridad de que levanta el espíritu de los muchachos. Eleva su estimación por sus propios uniformes cuando ven que un hombre mayor no siente reparo en llevarlo. Su propia dignidad se vigoriza cuando se dan cuenta de que son tomados en serio por hombres que consideran importante el formar parte de su hermandad. La elegancia del uniforme y la corrección en los detalles puede parecer asunto trivial, pero tiene su valor en el desarrollo de la dignidad, y contribuye inmensamente a la buena reputación del Escultismo entre los profanos que juzgan por lo que ven. 
Es esencialmente un asunto de ejemplo. Muéstreseme una Tropa con indumentaria desaliñada, y puedo deducir al punto que el jefe que la dirige es descuidado en su persona y porte. Los Jefes de Tropa deben pensar en esto cuando se pongan el uniforme o se den el último toque al calarse el sombrero. Recuerden que son los modelos que copian sus muchachos, y su nitidez en el vestir se reflejará inmediatamente en ellos.

viernes, 28 de septiembre de 2012

LABOR DEL JEFE DE TROPA

Todos los principios del Escultismo van encaminados hacia un buen fin. El éxito de su aplicación depende del Jefe de Tropa y de la forma en que los ponga en práctica. Mi objeto actual es esforzarme por ayudarlo en este sentido: primero, mostrándole el propósito del adiestramiento y, segundo, sugiriéndole los métodos por medio de los cuales puede llevarlo a cabo. Muchos Jefes de Tropa probablemente desearían que les señalase prolijamente los detalles. 
Pero esto en realidad sería imposible, pues lo que puede ser conveniente para una Tropa en particular o para una clase de muchachos en determinado lugar, tal vez no dé resultados buenos con otros que se encuentren sólo a dos kilómetros de distancia o mucho menos con aquellos que se encuentran esparcidos por todo el mundo, viviendo bajo condiciones totalmente diferentes. 
Sin embargo, se pueden hacer ciertas sugestiones generales que, al adoptarse, los Jefes de Tropa puedan juzgar por sí mismos en cuanto a los detalles que producen mejores resultados. Pero antes de entrar en pormenores, debo repetir una vez más: no se amedrenten por la magnitud imaginaria de la empresa. Eso desaparecerá después que hayan visto su objeto. 
En esto debe fijarse la vista y aplicar todos los medios para conseguirlo. Como bien lo dice la obra inglesa 'Peveril del Pico": "Poco importa que no realicemos plenamente nuestros ideales, siempre que éstos sean elevados y nos impulsen hacia la perfección." Habrá momentos en que se acumulen tantas dificultades que al parecer se desvanezcan todas las brillantes posibilidades de éxito. Pero consuela pensar que la magnitud de esas dificultades, que se han mirado a través del prisma de la exageración, desaparece en cuanto las abordamos.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Valor del sistema de patrullas

Es importante que el Jefe de Tropa conozca los extraordinarios resultados que puede conseguir mediante el Sistema de patrullas. Es la mejor garantía de la vitalidad y del éxito de la Tropa. Ahorra al Jefe de Tropa gran parte de las pequeñas labores rutinarias.
Pero ante todo, la patrulla es la escuela del carácter del individuo. Ella vigoriza en el Guía de Patrulla el sentido de responsabilidad y la cualidad de líder. Impulsa a los muchachos a subordinar su interés personal en provecho del conjunto, y desarrolla en ellos los principios de abnegación y dominio de sí mismos, en el espíritu de mutua cooperación y camaradería.
Mas, para obtener los mejores resultados, hay que depositar verdadra y completa responsabilidad en los Guías de patrullas.
Si sólo se les asigna una responsabilidad parcial, los resultados serán también parciales. El principal objeto no es evitar molestias al Jefe de Tropa, sino imponer responsabilidad al muchacho, porque es el mejor medio para fortalecer su carácter.
Los mayores progresos se obtienen de aquellas Tropas cuyo mando y responsabilidad están a cargo de sus Guias de patrulla. Ésto es la llave del éxito en la enseñanza del Escultismo. 
El Jefe de Tropa que desee tener éxito en su misión no sólo debe estudiar la teoría y los métodos del Sistema de patrullas, sino poner en práctica las sugestiones que lee. La importancia estriba en la ejecución de ellas, y los Guias de patrullas y scouts sólo pueden adquirir experiencia mediante la práctica continua.
Mientras más labores se les encomienden tanto más darán de si y fortalecerán su energía y su carácter.

Consejo de Guías de patrulla - Corte de Honor

La Corte de Honor es parte importante del Sistema de patrullas. Constituye un comité permanente que, bajo la dirección del Jefe de Tropa, resuelve los asuntos de la Tropa, los casos administrativos y disciplinarios. Inculca en los miembros que lo forman la dignidad, los ideales de libertad y el sentido de la responsabilidad y respeto a la autoridad constituida, y al mismo tiempo, proporciona práctica individual y colectiva en estos procedimientos tan valiosos para los muchachos que han de constituir los ciudadanos del mañana. 
Ha resultado conveniente admitir como miembros de este Consejo a los sub-guias, porque al mismo tiempo que se aprovecha su ayuda, se les brinda la ocasión de adquirir práctica en las funciones del mismo. La Corte de Honor también tiene una misión de carácter especial, tal como resolver los casos que atañen a la disciplina y conferir premios y honores.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

SISTEMA DE PATRULLAS

El Sistema de patrullas es una de las características esenciales que diferencian al adiestramiento del scout del de todo los demás organismos similares, y cuando se aplica debidamente -sin que quepa duda- tiene que rendir buenos resultados. 
La formación de los muchachos en patrullas compuestas de seis a ocho y su adiestramiento como unidades separadas bajo la responsabilidad de sus propios jefes, es la clave para el éxito de una buena Tropa. 
Las patrullas constituyen siempre la unidad en el Escultismo, tanto en el trabajo como en el juego, en los ejercicios y en los deberes. 
La práctica de asignar responsabilidades al individuo para formarle el carácter rinde inapreciables resultados, los cuales no se dejan esperar en cuanto se hace responsable al Guía por la buena dirección de su patrulla. El Guía queda en libertad de disponer en la forma que prefiera, y desarrollar las cualidades en cada uno de los muchachos que integran su grupo. Parece una atribución compleja, pero en la práctica da buenos frutos. Después, mediante competencia y emulación entre las patrullas, el Jefe desarrolla el verdadero espíritu que debe animar a un scout, puesto que endurece el temple de los muchachos y les da en general un nivel más alto de eficiencia. 
Cada muchacho que forma parte de una patrulla comprende que es en sí una unidad responsable y que el honor de su grupo depende, en cierto grado, de la habilidad con que él represente su papel. Consejo de Guías de patrulla - Corte de Honor La Corte de Honor es parte importante del Sistema de patrullas. Constituye un comité permanente que, bajo la dirección del Jefe de Tropa, resuelve los asuntos de la Tropa, los casos administrativos y disciplinarios. Inculca en los miembros que lo forman la dignidad, los ideales de libertad y el sentido de la responsabilidad y respeto a la autoridad constituida, y al mismo tiempo, proporciona práctica individual y colectiva en estos procedimientos tan valiosos para los muchachos que han de constituir los ciudadanos del mañana.

martes, 25 de septiembre de 2012

El espíritu del Escultismo - II

Podrá formar parte del conjunto, pero sabe también que tiene valor como ser individual. Las actividades al aire libre le enseñan a conocer los goces sanos de la vida. Esto tiene también su lado espiritual. La sabiduría de la naturaleza se asimila a pequeños sorbos durante las caminatas por los bosques, donde el alma incipiente se expande y busca a su alrededor nuevos prodigios.
Las excursiones constituyen por excelencia la escuela de la observación y de la práctica que nos hacen comprender las maravillas de un mundo portentoso. Descorren velos a la mente para que ésta aprecie la belleza que encierra cada día. Muestran al joven de la ciudad que las estrellas penden en el firmamento, no sólo adonde apuntan las chimeneas, y que los celajes del crepúsculo lucen su derroche de matices muy por encima del techo del salón de cinematógrafo que acostumbra visitar.
El estudio de la naturaleza revela a la mente del hombre la perfección con que el Creador armonizó lo cosmogónico con lo microscópico, y que el sexo y la reproducción desempeñan un noble papel en la gran obra de la creación.

El Escultismo eleva el nivel moral del más empedernido píllete. Y le inculca los principios de fe en Dios. Junto con la obligación que tienen los scouts de hacer diariamente una buena acción, forma la base de los deberes para con Dios y sus semejantes; con su enseñanza, sus padres o el director espiritual pueden formar más fácilmente en el muchacho la clase de credo deseado.

Puede usted muy bien vestir
A un muchacho de vaquero,
De bufón, fraile o torero,
De siervo y hasta de emir;

Mas no puede descubrir,
Con el tacto y al momento,
De ese joven el talento,
Con sólo tocarle el manto:
Si es un héroe o es un santo;
Si es medianía o portento...

Es el espíritu, no la indumentaria superficial, lo que hace al héroe. En todo muchacho está latente ese espíritu, pero hay que descubrirlo Y sacarlo a la luz. La Promesa Scout que ofrece cumplir bajo su palabra de honor -hasta donde llega el concepto que de ella tiene- y la Ley Scout son los puntales de nuestra fuerza disciplinaria, que rinde sus frutos en casi la totalidad de los casos. Al muchacho no hay que gobernarlo por medio de la represión sino por medio de la acción. La Ley Scout se considera como guía de sus acciones, no como barrera contra sus faltas. Se concreta a señalarle la pauta y lo que se espera de él como ScoOut digno de merecer la distinción que se le confiere.

La visión del muchacho vuela sobre las praderas y los mares. En sus excursiones, se identifica con
el indio, el explorador y el hombre de las selvas.

El espíritu del Escultismo - I

El rasgo fundamental es el espíritu del Movimiento, y la llave que libera este espíritu es el romance misterioso que encierra la Selva y que se revela en el concierto de la naturaleza, ¿Dónde podrá encontrarse algún muchacho -y si a eso vamos-, un hombre maduro, aún en estos tiempos materialistas por que atravesamos, que sea sordo al llamado de la naturaleza y que se substraiga a la fascinación de un camino real? Tal vez no se deba ello más que a la obediencia de un instinto primitivo.., pero el hecho es que existe. 
Con esa llave puede abrirse una imponente puerta, aunque sólo sea para dejar entrar una ráfaga de aire libre y un rayo de sol en las vidas que, de otro modo, irían marchitándose poco a poco. 
Pero generalmente puede hacer mucho más. Los héroes indómitos de las selvas, los colonizadores y exploradores, los que vagan por los mares y los que surcan los cielos, son como el "flautista de Hamelin" para los muchachos. Los seguirían a cualquier parte donde aquellos los condujeran; harían cualquier cosa, siempre que les tocaran la fibra de lo varonil y del arrojo, las aventuras, las hazañas, la eficiencia, la destreza y el sacrificio espontáneo en provecho de los demás. 
En ello hay satisfacción y goce espiritual para el muchacho. Observad a ese joven que va por la calle, mirando sin ver; sus ojos perdidos en el vacío. ¿Se irá forjando en su mente una epopeya de arriesgadas aventuras en las praderas o en la vasta extensión de los azarosos mares? ¡Quién sabe! 
Lo que sí podemos afirmar es que su imaginación febril le ha transportado a un mundo de sueños, distante de la prosaica realidad de su existencia. ¿Habéis leído las historias de Búfalo Bill y las manadas de bisontes que vagaban por las vastas praderas occidentales de la América del Norte? ¿Podéis imaginaros y ver el humo que sale en espirales de las tiendas de los indios sioux y comanches? 
Yo he soñado con ellos durante muchos años. Las excursiones ofrecen ahora al muchacho la oportunidad de echarse a la espalda una mochila, a la usanza de los primeros colonizadores, y sentirse parte activa de los hombres de las selvas. Puede descubrir y seguir senderos y rastros, hacer señales, encender fuego, construir su choza y cocinar su merienda. Puede aplicar su talento y habilidad manual al arte de explorar y acampar. La pandilla constituye su grupo natural de amigos, que sigue dirigiendo el mismo jefe, en las prácticas del Escultismo.

lunes, 24 de septiembre de 2012

LAS ACTIVIDADES DEL ESCULTISMO - II

Otra manera eficaz de que se puede valer el Jefe de Tropa para idear actividades que plazcan a los muchachos es manteniendo los oídos abiertos y dejar que repose un poco su cerebro. 
Cuando en tiempo de guerra un explorador de infantería sale a cumplir su consigna por la noche, para averiguar lo que hace el enemigo, tiene que depender en gran parte del sentido del oído. 
Asimismo, cuando un Jefe de Tropa se encuentra en la obscuridad con respecto a su conocimiento de la inclinación o carácter de sus muchachos, puede hacerse bastante luz sabiendo escuchar. 
Oyendo, podrá descubrir lo más profundo del carácter de cada muchacho y percatarse de la manera en que más pueda interesársele.
Así, del mismo modo, durante las deliberaciones en el seno del Consejo de los Guías de patrulla, o alrededor del juego de campamento, si uno se impone la tarea de escuchar y observar, como ocupación especial, se llega a obtener muchísima más información de la fuente de los mismos muchachos que la que se les puede extraer mediante la conversación. 
Además, cuando se visite a los padres, no hay que llegar ante ellos con la idea de causarles buena impresión con respecto al valor que tiene el Escultismo, sino con el propósito de averiguar sus ideas, con respecto a la instrucción que debe darse a sus hijos, lo que esperan del Escultismo, o qué defectos le encuentran.

En general, cuando hay pocas ideas nuevas, debe evitarse imponer a los scouts actividades que a uno le parece que les han de agradar. Se deben averiguar las actividades que interesan a la mayoría, oyéndola o haciéndole preguntas, y luego ver hasta qué punto se pueden poner en práctica, esto es, si son beneficiosas.

El Escultismo es un juego alegre al aire libre, en donde muchachos grandes y pequeños buscan juntos La aventura, como si fueran hermanos, cosechando salud y felicidad, habilidad y diligencia.

Cuando una Tropa deja oír el estruendo alegre de sus carcajadas, goza de sus triunfos, y palpita de emoción anticipando nuevas aventuras, pocos serán los que, llenos de aburrimiento, la abandonen.

LAS ACTIVIDADES DEL ESCULTISMO - I

Con la palabra "Escultismo" se quiere significar el trabajo y atributos de los leñadores exploradores, cazadores marinos y colonizadores. Al transmitir a los muchachos los elementos de esos personajes, les proporcionamos un sistema de juegos y prácticas que satisfacen sus deseos e instintos, siendo ello a la vez de valor instructivo. Desde el punto de vista de los muchachos, el Escultismo los mezcla en bandos fraternales, que son su organismo natural, ya sea para el juego, la travesura o el ocio; les da traje y equipo elegantes; les toca la imaginación y el romanticismo y los hace entregarse a una vida activa al aire libre. Desde el punto de vista de los padres, estimula en sus hijos la salud corporal y los desarrolla; les da energía; les enseña trabajos manuales y les aguza el ingenio; instila en el mozalbete disciplina, determinación, hidalguía y patriotismo: en una palabra, les forja el "carácter", lo más esencial para que un muchacho se abra camino en la vida. El adiestramiento del scout atrae a los muchachos de todas las clases sociales, ricos y pobres, y aún a los impedidos, sordomudos y ciegos. Inspira el deseo de aprender. 
El principio motriz del Escultismo es estudiar las ideas del muchacho y animarlo a que se eduque por sí solo en vez de esperar a recibir instrucción. 
Proporciona un buen comienzo en la instrucción técnica concediendo insignias para premiar la pericia en diferentes clases de aficiones y trabajos manuales, además de las ya instituidas para scouts de primera y segunda clase, que representan los méritos que han hecho en la natación, exploración cocina, vida de campamento y otras actividades que ponen de relieve su hombría y habilidad, 
El objeto que nos guía a ofrecer tantas insignias en este período elemental es el de hacer que todos traten de emprender diferentes labores, y que el ojo vigilante del Jefe de Tropa pueda reconocer inmediatamente la inclinación particular de cada uno, y luego inspirarle ánimo, según el caso. Y ése es el mejor camino que debe tomarse para la expansión del carácter individual del muchacho, y para encarrilarlo en la senda de una brillante carrera. 
Más aún: estimula la conciencia de responsabilidad del muchacho, para bien de su propio desarrollo y salud; confía en su honor, y espera que todos los días haga una Buena Acción. 
Cuando el propio Jefe de Tropa tiene en sí mismo algo de muchacho, y logra comprender todas las cosas desde el punto de vista del muchacho, bien puede, si tiene imaginación, inventar nuevas actividades, haciéndolas variar con frecuencia, para satisfacer la sed de novedad de los mozalbetes. Fijémonos, por ejemplo, en lo que hacen las empresas teatrales. Si éstas ven que alguna representación no agrada al público, no insisten en repetirla, con la esperanza de que a la larga llegue a gustarles a los espectadores; lo que hacen es retirar la representación y substituirla por otra de más interés 
Los muchachos pueden encontrar aventuras hasta en un charco sucio, y si el Jefe de Tropa es hombre-muchacho, también podrá encontrarlas allí. Para encontrar nuevas ideas no es necesario incurrir en grandes gastos ni contar con aparatos, pues muchas veces los mismos muchachos contribuxen con sugestiones.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Las cuatro divisiones del adiestramiento scout

Para alcanzar la meta de la instrucción para la ciudadanía activa, debemos emprender la enseñanza de las cuatro divisiones que se dan a continuación, las cuales son indispensables para la formación de buenos ciudadanos, y que inculcamos de adentro para fuera, en vez de hacerlo a la inversa: 

Carácter. Lo enseñamos por medio del Sistema de patrullas, la Ley Scout, historias de scouts, conocimiento de la vida en los bosques, la responsabilidad del Guía de patrulla, juegos en conjunto y el ingenio que requiere el trabajo del campamento. Esto incluye el reconocimiento del Creador por Su obra divina, el aprecio de la belleza en su forma natural, el amor a las plantas y a los animales que despierta la vida al aire libre, durante la cual se familiariza uno con ellos. 
Salud y vigor. Mediante juegos, ejercicios conocimiento y práctica de la higiene personal y régimen alimenticio. 
Artes manuales y destreza. De vez en cuando, por medio de actividades bajo techo, pero más particularmente, por exploraciones; construcción de Puentes; vida de campamento; expresión de la personalidad en las artes, todo lo cual tiende a producir trabajadores eficientes. 
Servicio al prójimo. Llevar a la vida cotidiana la práctica de la religión ejecutando "buenas acciones," desde las más pequeñas hasta las de provecho general. 

Para los detalles de estas cuatro divisiones véase el cuadro siguiente, y para su descripción consúltese la segunda parte de esta obra.

EL OBJETIVO DEL ESCULTISMO

El propósito de la instrucción o adiestramiento de scouts es mejorar la calidad del ciudadano futuro, particularmente en lo que se refiere al carácter y a la salud; substituir el Yo por Rendir Servicios; hacer de los mozalbetes individuos eficientes, moral y materialmente, con el objeto de que esa eficiencia pueda ser aprovechada en servicios al prójimo.

La ciudadanía o civismo ha sido definida en pocas palabras así: "Lealtad activa a la comunidad." En un país libre es cosa fácil, y nada fuera de lo común, considerarse uno como buen ciudadano con sólo acatar las leyes, ser trabajador y expresar opiniones sobre política, los deportes o actividades de índole general, y dejando que otros se preocupen del bienestar nacional. Esto se llama ciudadanía pasiva; mas esta clase de ciudadanía no es suficiente para mantener en alto, en el mundo, las virtudes de libertad, justicia y honor, tánicamente la ciudadanía activa puede conseguirlo.

sábado, 22 de septiembre de 2012

El Escultismo es sencillo

Para un extraño, el Escultismo debe parecer, a primera vista, una cuestión muy complicada, y es probable que más de algún hombre por ahí pospuso indefinidamente tratar de llegar a ser Jefe de Tropa, al considerar el gran número y variedad de cosas que tendría que saber, según él, para poder adiestrar a los muchachos. Pero no le parecería tan fiero el león como lo pintan, si nuestro hombre fijara su atención en los siguientes puntos:


1.   El objetivo del Escultismo es muy sencillo;
2.   El Jefe de Tropa transmite al muchacho el ansia y deseo de aprender por sí solo, sugiriéndole actividades que le sean atrayentes, y que desempeñará hasta que la experiencia le diga que están bien hechas. (Para sugestiones de esas actividades consúltese la obra "El Escultismo para muchachos");

3.   El Jefe de Tropa trabaja por medio de sus Guías de Patrulla.

El escultismo

La vida vigorosa al aire libre es la clave del espíritu del
Escultismo.
Como adiestrar al scout 
El escultismo es un juego de muchachos, dirigido por ellos mismos, y para el cual los hermanos mayores pueden proporcionar a los menores un ambiente sano, y animarlos a entregarse a aquellas actividades saludables que son conducentes a despertar las virtudes de la CIUDADANÍA. 
Su estimulo más fuerte lo da el estudio de la naturaleza y el de la vida en los bosques. Influye directamente al individuo y a la Tropa. 
Levanta las cualidades intelectuales tanto como las puramente materiales y morales. 
En un principio, el Escultismo se orientaba hacia estos fines; pero ahora hemos aprendido de la experiencia que, cuando es bien dirigido, no sólo se orienta hacia ellos, sino que los logra. 
Tal vez quien mejor ha expuesto los fines y métodos del Escultismo ha sido James E. Russel, Decano del Colegio de Maestros, de la Universidad de Columbia, de Nueva York, expresándose como sigue: 
"El programa de los sccuts es trabajo de hombres adaptado a muchachos. Fascina al muchacho, no por ser éste un muchacho, sino porque está en el estado formativo de un hombre... El programa del Escultismo no exige de ningún muchacho lo que un hombre maduro no puede hacer; pero paso a paso lo substrae del lugar en que se encuentra hasta trasladarlo al que mejor le corresponde..."
"El plan de estudios del Escultismo no es el factor más descollante; pero sí lo es el método. Como esquema sistemático de guiar a los muchachos para que hagan lo que es justo e inculcarles buenos hábitos, se aproxima a lo ideal. En la práctica, dos cosas sobresalen: la primera es que los hábitos se fijan, y la segunda es que proporciona oportunidad para ejercer iniciativa, dominio de uno mismo, confianza en uno mismo y autodirección."
"Para el desarrollo de la iniciativa, el Escultismo no sólo depende de su programa de trabajo para el muchacho, sino que, de maravilloso modo, aprovecha el engranaje de su administración. El plan administrativo ofrece una espléndida oportunidad para salirse de métodos que tienden a incrustarse en el individuo. Esto se manifiesta tanto en la patrulla como en la Tropa. Enseña a los muchachos a trabajar en conjunto. Logra conseguir el esfuerzo cooperativo hacia el fin común, lo cual en si es democrático..."
"Al dar aliento a los scouts para que ejecuten Buenas Acciones de manera sana y jovial, y no en espíritu santurrón por una recompensa, como primer paso, y luego para que rindan servicios a la localidad como objeto de desarrollo, puede uno hacer más por ellos que estimulando su pericia, disciplina o aplicación, pues aunque así no se les enseña tanto el cómo ganarse la vida, se les hace saber cómo vivir."

viernes, 21 de septiembre de 2012

Cómo atraer al scout (muchacho)

A mi me place comparar al hombre que trata de lograr que los muchachos caigan bajo buena influencia con un pescador aficionado deseoso de triunfar en su deporte.
Si un pescador ceba su anzuelo con la misma clase de alimento que a él le gusta, lo más probable es que no atrape muchos peces, y seguramente menos a los cautos y grandes. Así pues, tiene que emplear la carnada que agrade a los peces.
Lo mismo pasa cuando de muchachos se trata; si se intenta predicarles lo que uno considera edificante, no se dejarán atrapar. Cualquier cosa que tenga viso de estricta perfección y santidad, ahuyentará hasta los más resueltos de entre ellos; y son ésos precisamente a los que hay que atraer. La única manera de pescarlos es presentándoles algo que realmente los atraiga e interese. Y estoy convencido de que ésto lo tiene el Escultismo.

Luego ha de ser posible aderezárseles con lo que se crea conveniente.

Lo que el Jefe de Tropa hace, eso hacen los muchachos. Los scouts reflejan a su jefe. De la abnegación y sacrificio del Jefe de Tropa, los scouts aprenden la práctica de hacer sacrificios voluntariamente para ' rendir servicios a la patria.
 Para poder ganarse la confianza del muchacho, uno debe de ser su amigo; pero al principio no hay que precipitarse a establecer esa relación, sino esperar que haya dejado de ser huraño. El escritor E. D. How, en su libro titulado "Book of the child" (Libro del Niño) sintetiza el procedimiento correcto para estos casos en la siguiente anécdota: 
"Un hombre, a quien el paseo cotidiano llevó cierta vez por una calle poco elegante, vió a un pilluelo, de cara sucia y piernas mal desarrolladas, jugando en la cuneta con una cáscara de plátano. El hombre le hizo una inclinación de cabeza... El muchacho se alejó lleno de temor. Al día siguiente, el hombre volvió a inclinar la cabeza. El pequeño se había dado cuenta de que no tenía nada que temer, y le lanzó un salivazo como respuesta. Al otro día, el rapaz sólo se quedó mirándolo. Al subsiguiente, exclamó: "¡Ea!" cuando pasaba el hombre. Andando el tiempo, el chicuelo correspondió con una sonrisa al saludo que ya estaba acostumbrándose a recibir. Y por último, el triunfo fué decisivo, cuando el muchacho estaba esperando en la esquina, y tomó los dedos del hombre entre sus manitas sucias. Era aquella una calle sombría; pero al hombre le pareció desde entonces uno de los lugares más brillantes que había visto en su vida."

El local de Tropa y el campamento

El antídoto más eficaz contra el ambiente perjudicial es naturalmente el cambio de éste por uno benéfico, y la mejor manera de efectuarlo es recurriendo al local de Tropa y al campamento de scouts. Cuando digo local, no quiero significar un ejercicio semanal de media hora en un salón de clase que se haya dispuesto para ese objeto, -cosa de que parece se valen a menudo los que tratan con muchachos- sino un lugar que los mozalbetes puedan considerar como verdaderamente de su propiedad, sea ese local un sótano o un desván; algún lugar al que puedan acudir todas las noches, si fuere necesario, y encontrar en él trabajo de su agrado y diversión, abundante variedad de actividades y una atmósfera brillante y feliz. Con sólo conseguir esto, el Jefe de Tropa habrá hecho una obra muy buena al proporcionar a sus muchachos el correcto ambiente, que para algunos de ellos será el antídoto contra el veneno que de otro modo les iría emponzoñando la mente y el carácter. 
Luego, el campamento (el cual debe organizarse con tanta frecuencia como sea posible) es otro antídoto aún más potente que el del local. La atmósfera limpia y refrescada por la brisa, sumada a la del compañerismo y consorcio continuo bajo los toldos, en el campo y alrededor de la fogata, hace que entre los muchachos se avive un entusiasmo edificante, y da al Jete de Tropa una oportunidad, como ninguna otra, para ganarse la confianza y simpatía de los scouts.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El ambiente y las tentaciones - II

El fumar y el daño que causa al adolescente; el juego de azar, con todo el séquito de jaranas que lo acompaña; los perjuicios del alcohol y de pasar el tiempo con muchachas; falta de aseo, etc... 
Todo esto sólo puede ser corregido por el Jefe de Tropa que conoce el ambiente a que están acostumbrados sus mozalbetes. 
No se puede corregirlo echando mano a prohibiciones y castigos, sino substituyendo esos defectos con algo que sea por lo menos igualmente entretenido, pero cuyos efectos sean buenos. 
El delito juvenil no es por naturaleza inato en el muchacho, sino que brota del espíritu aventurero que le es inherente, de su propia torpeza, o de su falta de disciplina, según la idiosincrasia del individuo.

El mentir natural es otro de los defectos que abundan entre los muchachos, y, por desgracia, una enfermedad extendida por todo el mundo. Se encuentra en las tribus salvajes, particularmente, tanto como en los países civilizados. Decir la verdad, con la correspondiente exaltación de un hombre a la categoría de autoridad fidedigna, realza su carácter y el prestigio de su patria. 
Por tanto, nos incumbe hacer todo lo que podamos para que los muchachos realcen el timbre del honor y sean veraces entre sí.

El ambiente y las tentaciones - I

Como ya se ha dicho, el primer paso en el camino hacia el éxito es conocer al muchacho; pero el segundo es conocer su hogar. Solamente después de familiarizarse con el ambiente que rodea al muchacho cuando no se encuentra en compañía de los scouts, puede el Jefe de Tropa decidir a ciencia cierta cuáles elementos debe poner en juego para influenciarlo.
Cuando se ha granjeado la simpatía y apoyo de los padres del muchacho y los ha inducido a formar consorcio con él en el desarrollo de un interés más pleno por la obra de la Tropa y el objetivo del Movimiento, entonces la labor del Jefe de Tropa se vuelve proporcionalmente liviana.
De vez en cuando pueden presentarse en el hogar influencias malignas que deben ser contrarrestadas. Además existen otras tentaciones contra las cuales el instructor del muchacho tendrá que estar listo a entrar en lid. Mas, si ya está advertido de ellas, probablemente lo encontrarán preparado a emplear métodos para que no ejerzan maleficencia en los muchachos de que se hace cargo, y de esta manera poder desarrollar su carácter del mejor modo.

El cinematógrafo ofrece una de las tentaciones más formidables. Indudablemente, las películas ejercen irresistible atracción en los muchachos, y algunas personas se devanan constantemente los sesos buscando medios para dominarla; pero sucede que ésta es una de esas cosas que sería muy difícil de contener, aún cuando ello fuera altamente deseable. La cuestión es, antes bien, aprovechar las películas de la mejor manera posible para que sirvan a nuestros fines. Partiendo del principio de abordar cualquier dificultad aparejándonos a ella y encaminándola en la propia dirección que uno sigue, debemos esforzarnos en aislar lo que tenga de valor el cinematógrafo, y luego tornarlo en ventaja del objetivo de instruir al muchacho. No cabe duda de que puede convertirse en instrumento poderoso para lo malo, mediante simple sugestión, si no se le vigila debidamente; pero ya se han dictado medidas, y continúan dictándose, para que la censura sea más eficaz. Sin embargo, así como puede ser una potencia del mal, así mismo puede hacérsele una potencia del bien. Existen actualmente películas excelentes sobre historia natural y estudios de la naturaleza que dan al niño una idea mejor que las que puede formarse por su propia observación, e indiscutiblemente mejor que un número cualquiera de lecciones sobre la materia. La historia puede enseñarse objetivamente. Hay películas de hazañas dramáticas, épicas o heroicas, y otras de pura diversión y cómicas. Muchas de ellas ponen de relieve lo que es malo para condenarlo y ridiculizarlo. No admite dudas el hecho de que este método de enseñanza visual puede ser adaptado de manera que produzca un buen efecto admirable en los niños, aprovechando la inclinación e interés de éstos en el "salón de cine". También debemos recordar que el cinematógrafo ejerce la misma influencia en las escuelas que lo están empleando para su buena labor. En el Escultismo no podemos hacerlo hasta ese punto; pero sí podemos aprovecharlo para estimular nuestros propios esfuerzos. Tenemos que presentar nuestro Escultismo con tal suficiente atracción que el muchacho llegue a preferirlo a cualquiera otra que pueda hacerle la contra.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cualidades de un Scout (muchacho)- III


¿Habrá alguien que sepa de algún muchacho, (uno natural y saludable) que haya conocido algún muchacho que, interrumpiendo su retozo al aire libre, vaya y suplique a la mamá que le permita sentarse en la sala?" 
"Claro que no. Un muchacho no es un animalito que se pueda relegar a un escritorio; tampoco es para tenerlo echado. Tampoco es pacifista, ni partidario de 'la seguridad ante todo', ni aficionado a la lectura seria, ni filósofo." "Sencillamente es un muchacho hecho y derecho -¡que Dios lo bendiga!- rebosante de retozo y pelea, travesuras arriesgadas y bullanguería, observación y alboroto. 
Y si no es así, entonces no es normal." "Que siga librándose la batalla entre el código de los maestros y el de los muchachos. Éstos vencerán en lo futuro como han vencido en lo pasado. 
Pocos de entre ellos se someterán y se ganarán becas; pero la abrumadora mayoría persistirá en su espíritu de rebeldía, y llegarán a ser los hombres más capacitados y más nobles de la nación."
"¿Acaso no es cierto, como la historia lo confirma, que a Edison, quien patentó mil invenciones suyas, cuando era niño lo despachó a su casa el maestro con una nota en la que decía de él que era 'demasiado estúpido' para aprender?"
"¿No es cierto que los maestros de escuela consideraban torpes a Newton y a Darwin, quienes más tarde enunciaron célebres teorías científicas?"
"¿Es que no existen centenares de ejemplos análogos de haber resultado, andando el tiempo, útil y eminente el desaplicado de la clase? ¿Y no es esto prueba de que nuestros métodos actuales de enseñanza son deficientes para el desarrollo de la aptitud de los muchachos?"
"¿Es que no es posible tratar a los muchachos como tales? ¿No podríamos adaptar la gramática y la historia, la geografía y la aritmética, a las necesidades del mundo de los muchachos? ¿No podríamos traducir nuestra sapiencia de adultos al ienguaje de la vida de ellos?"
"¿Acaso no tiene razón el muchacho, después de todo, en mantener su propio código de justicia y obras y aventuras?"
"¿Es que no está anteponiendo la acción a los estudios, como debe hacerlo? ¿No es en realidad un pequeño obrero sorprendente que se desempeña por sí solo, a falta de inteligente dirección?"
"¿No seria infinitamente más apropiado que por algún tiempo los maestros dedicaran sus estudios a analizar las maravillas de la vida del muchacho que por el momento tratan en vano de doblegar y reprimir?"
"¿Por qué nadar contra la corriente, si ésta, al fin y al cabo, corre en el mismo sentido que uno desea ir?"
"¿No es hora ya de que adaptemos y armonicemos nuestros fútiles métodos a los hechos incontestables? ¿Por qué hemos de insistir en comentar plañideramente: "cosas de muchacho", en vez de regocijarnos de la energía, ánimo e iniciativa que tan admirablemente despliegan los muchachos? ¿Y cuál tarea puede ser más noble y más íntima, para el verdadero maestro, que la de encauzar alegremente las fuerzas salvajes de la naturaleza del muchacho por las sendas del servicio a la sociedad?"


Cualidades de un Scout (muchacho)- II

En un artículo que apareció en la revista inglesa "Teacher's World', se describe de la siguiente manera esa complicada obra de la Naturaleza: el muchacho. A juzgar por mi propia experiencia, yo diría que los muchachos viven en un mundo aparte exclusivamente suyo... un mundo que ellos se han hecho para sí mismos; y en ese mundo no tienen cabida ni los maestros ni las lecciones.
El mundo del muchacho tiene sus propios acontecimientos y normas, códigos y chismes y opinión pública. 
No hay que olvidar que en cuanto el muchacho ingresa al Escultismo, quiere empezar inmediatamente a explorar. Así pues, no se debe cohibir su entusiasmo dándole al principio demasiadas explicaciones preliminares. Satisfáganse sus deseos con juegos y prácticas de exploración y después incúlquensele poco a poco los detalles elementales.
"Contra el viento y marea por parte de maestros y padres, los muchachos se mantienen leales a su propio mundo. Obedecen su propio código, por diferente que sea al que se les inculca en el hogar y en el aula. Prefieren sufrir contentos el martirio que los adultos les infligen a ser desleales a su propio código." 
"El código del maestro, por ejemplo, ordena el silencio, precaverse de los peligros y la conducta decorosa.
El código de los muchachos es diametralmente opuesto: prescribe la hulla, los riesgos y el tumulto. "¡Diversión, pleitos y hartazgos! 
Éstos son los tres elementos prinoinales del mundo del muchacho. Son fundamentales.
Son por los que verdaderamente se preocupa, y no tienen nada que ver con maestros ni con libros de texto." 
"Según la opinión pública en el Reino de los Muchachos, eso de sentarse durante cuatro horas diarias, en un cuarto, ante un pupitre, es una miserable pérdida de tiempo y de sol. 

martes, 18 de septiembre de 2012

Cualidades de un Scout (muchacho)- i

Genio. Debe tenerse presente que un muchacho por naturaleza siempre está rebosante de buen humor. Puede que éste se incline a lo superficial, pero siempre le hace apreciar una broma o un chascarrillo, y ver el lado cómico de las cosas. Esta actitud permite al que trabaja con muchachos contar con una oportunidad placentera y radiante para facilitarle su obra, y lo habilita además para hacerse compañero jovial con sólo participar en la alegría de la ocasión, en vez de que se le tome por capataz.
Valentía. Generalmente el muchacho está pleno de ánimo a más de no ser miedoso. Por naturaleza no es quejumbroso, aunque más tarde llegue a serlo, cuando haya perdido el respeto a si mismo o cuando ha frecuentado la compañía de los quejosos.
Confianza. El muchacho por lo general tiene suprema confianza en sus propias facultades. Por lo tanto, no le gusta que se le trate como si fuera chicuelo, ni que se le diga que haga las cosas o la manera de hacerlas. Prefiere ensayar por su propia cuenta, aunque se equivoque; pero precisamente al cometer errores adquiere experiencia y forja su carácter.
Agudeza. Raro es el muchacho que no sea más perspicaz que un lince. Es fácil instruirle en lo relativo a la observación, fijar la atención en las cosas y deducir el significado de éstas.
Amor a la aventura. El muchacho que habita en la ciudad es casi siempre más inquieto que sus hermanos del campo, debido a los sucesos que a diario ocurren en la ciudad, tales como el paso raudo de un coche de bomberos que acuden a un incendio, o una viva pelea entre dos de sus vecinos, etc. No puede permanecer en una colocación por más de uno o dos meses, pues bien pronto le entra el Irresistible deseo de cambiar de posición. 
Sensibilidad. Cuando un muchacho encuentra alguien que se interesa en él, responde y va donde se le dirige; y aquí es en donde entra esa admiración a los héroes que le sirve de gran fuerza auxiliar al Jefe de Tropa. 
Lealtad. Ésta es una de las características del muchacho que debe inspirar esperanza ilimitada en él. Los muchachos son generalmerne amigos leales entre si, y de ese modo la amistad es en cada uno de ellos casi natural. Es lo único que considera como deber. Puede dar la impresión de ser egoísta; pero, por regla general, debajo de esa superficie, siente un ansia por ayudar a los demás, y éste es el terreno fértil que nuestro adiestramiento de Escultismo trata de cultivar. 

Si se consideran y estudian estas diversas cualidades del muchacho, uno puede discernir la mejor manera de adaptar la instrucción del adiestramiento a sus inclinaciones. El fruto de este estudio es el primer peldaño para alcanzar el éxito en esa instrucción. Yo he tenido el placer de encontrarme, en el transcurso de una semana, con tres muchachos en distintos centros, acerca de quienes me informaron que, antes de haber sido tocados por la influencia del Escultismo, eran díscolos incorregibles y bribonzuelos de tomo y lomo. Los respectivos Jefes de Tropa, en el caso particular de cada uno, descubrieron las buenas cualidades que yacían latentes bajo la superficie de las malas, y habiendo asido aquéllas pusieron a los muchachos a trabajar en tareas adecuadas a su disposición moral; y ahora ahi están esos tres excelentes y toscos mozalbetes trabajando espléndidamente sin parecerse en nada a lo que antes eran. Solamente por el logro de estos tres triunfos aislados, se justifica el esfuerzo de haber organizado las Tropas.

El Scout - muchacho

Miembros de la familia Scout: Lobato, Scout y Rover Scout.
El primer paso que se debe dar para el éxito en el adiestramiento de un scout es tratar de conocer algo de la vida de los muchachos en general y luego la de ése en particular. 
Cierto doctor inglés (Saleeby) hablando en Londres ante la Sociedad de Ética, dijo lo siguiente: "El primer requisito para que un maestro tenga éxito es conocer la naturaleza del muchacho. 
Ni el niño ni la niña son reproducciones en pequeño de un hombre o de una mujer; ni una hoja de papel en blanco sobre la que el maestro debe escribir. No. Todo niño tiene su propia curiosidad peculiar, hija de su inexperiencia, es decir, una mentalidad misteriosa para el adulto, que necesita ayuda atinada, estímulo y modelación, o modificación y hasta restricción." En lo que sea posible, será bueno recordar cuáles eran las ideas de uno cuando era muchacho, para poder entender mejor sus sentimientos y anhelos. Habrá que tomar en consideración las siguientes cualidades del muchacho:

Recompensa del Jefe de Tropa

Una vez cierto individuo se atrevió a decirme que el hombre más feliz de la tierra era él y tuve a bien informarle que había otro aún más feliz que él: yo. No vaya a suponerse que en la consecución de esta felicidad no nos salieron al paso mil contrariedades. Todo lo contrario. 
Lo que nos da el gozo completo de haberlas vencido es precisamente la satisfacción de que no nos arredraron los obstáculos que se nos presentaron, y haber sabido soportar con determinación las punzadas de las espinas. No debe esperarse que la vida sea un lecho de rosas; si así fuera, no valdría la pena vivirla. De la misma manera, al tratar con los scouts, uno está sujeto a sufrir desencantos y contratiempos. 
Hay que armarse de paciencia. Hay personas que con frecuencia echan a perder sus obras o carrera por falta de paciencia más que por el efecto de la bebida u otros vicios. Habrá que soportar con paciencia, hasta cierto punto, críticas mordaces y otros sinsabores; pero a la larga llegará la recompensa. 
La satisfacción que se deriva de haber tratado de cumplir uno con su deber, aún a costa de sacrificios personales, y de haber desarrollado el carácter de los muchachos, que les dará un horizonte diferente de la vida, trae consigo un premio que la palabra escrita no alcanza a describir fielmente. El hecho de haber trabajado para que no se repitan esos males que, de darles rienda suelta, pronto darían al traste con nuestros jóvenes, le proporciona al hombre un consuelo firme de que por lo menos ha hecho algo por su patria, por humilde que sea su condicion. 
Tal es el espíritu que debe animar a los jefes de tropa, comisionados, miembros de los comités, instructores, organizadores y secretarios (a todos los cuales describe genéricamente y con acierto, el vocablo "Scouter") en la labor que hacen por el Movimiento Scout. 
A este ejército de trabajadores voluntarios se debe la organización y propagación del Escultismo. Ahí tenemos una prueba notable, aunque muda, de ese delicado espíritu de patriotismo que yace bajo la superficie de la mayoría de las naciones. Estos hombres ofrecen su tiempo y energías, y en muchos casos también su dinero, a la tarea de organizar el adiestramiento de muchachos, sin que ni por un momento pase por su mente la idea de merecer premio o alabanzas por la obra que hacen. Es que sencillamente aman a su patria y a sus semejantes.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Lealtad al Movimiento

El Jefe de Tropa debe recordar que además de su deber en particular para con sus muchachos, tiene otro en general para con el Movimiento. Nuestra intención de convertir a los muchachos en buenos ciudadanos tiende a beneficiar a la nación, pues así ésta podrá contar con hombres viriles y dignos de confianza, cuya concordia y espíritu de rectitud la mantengan unida en el interior y en paz con los vecinos. Investidos del deber de enseñar la abnegación y la disciplina, mediante la propia práctica y el ejemplo, es preciso que los Jefes de Tropa estén por encima de mezquinos resentimientos personales, y deben tener tal amplitud de criterio que les permita subordinar sus propios puntos de vista a una norma de pensamiento más elevada. A ellos les toca enseñar a sus muchachos a ser ecuánimes, cada uno en su respectiva órbita, como piezas del engranaje de una maquinaria. 
Cada Jefe de Tropa tiene señalada su esfera de trabajo, y cuanto más se dedica a él, tanto más responderán los scouts al adiestramiento. Luego, tornando la mirada a los propósitos más elevados que persigue el Movimiento, o a los efectos de la labor diez años más tarde, será posible aquilatar en su justa proporción los detalles de hoy. 
Cuando un Jefe de Tropa no quiere seguir concienzudamnte la línea de conducta requerida, la única actitud varonil que debe adoptar es decirlo sin ambages a su Comisionado o a la Oficina Nacional, y si no se pueden arreglar las cosas, entonces renunciar al puesto. En primer lugar, cuando entró a desempeñarlo lo hizo con los ojos abiertos, y resulta peregrino que, si después encuentra que no le satisfacen los detalles, se queje de que la culpa de todo la tienen los superiores. 
Afortunadamente, en nuestro Movimiento, debido a la descentralización y a que se deja a las autoridades locales libertad de acción, suprimimos muchos de los trámites engorrosos que siempre han sido causa de fricciones y quejas en muchos organismos. 
También tenemos la buena fortuna de contar con un cuerpo de jefes de tropa de amplio criterio en su perspectiva y en la lealtad que en general le guardan al Movimiento.

EL DEBER DEL JEFE DE TROPA

Del ejemplo personal del Jefe de Tropa depende en gran medida su éxito en el adiestramiento del muchacho. Es asunto fácil llegarse a convertir uno en héroe, asi como lo es el insinuarse como hermano mayor del muchacho. A medida que el tiempo nos aleja de nuestros días juveniles, se nos va olvidando la gran capacidad que posee la juventud para admirar a sus héroes. 
El Jefe de Tropa, quien para sus muchachos es un héroe, tiene en sus manos una poderosa palanca para su desarrollo; pero esto también le impone una seria responsabilidad. Los muchachos no tardan en descubrirle alguna característica o rasgo, no importa cuán pequeño, provenga éste de alguna virtud o de algún defecto. El afán de imitar innato en los muchachos inconscientemente hace suyos sus gestos, los modales que muestre, su ceño, su felicidad radiante, o su mirada de impaciencia; su voluntad para disciplinarse o flaquezas morales... No sólo se fija, sino que lo imita. 
Por lo tanto, para lograr que cumplan en todo el espíritu de los cánones de la Ley Scout, es preciso que el Jefe de Tropa la observe él mismo con escrupulosidad en todos los actos de su vida. De este modo bastará apenas una palabra suya para que los muchachos acaten sus indicaciones. 
La tarea del Jefe de Tropa se asemeja al juego de golf, a la siega y a la pesca con anzuelo. Si uno se precipita, no llega a ninguna parte: ni siquiera hasta donde llegaría aún movido por impulso apático... Pero es necesario actuar. De nada sirve permanecer inmóvil. La disyuntiva es: avanzar o estancarse. Por consiguiente, avancemos.., y hagámoslo jovialmente.

domingo, 16 de septiembre de 2012

EL JEFE DE TROPA

Como palabra preliminar de aliento para los que aspiran a ser Jefes de tropa, quisiera desvanecer el concepto errado que usualmente se tiene sobre que, para llegar a lucirse como Jefe de Tropa, el individuo debe ser émulo del admirable caballero Crichton, es decir, ser sabio...
No hay tal cosa. Sencillamente, lo que sí debe ser es hombre-muchacho, esto es:
1) Poseer espíritu de muchacho y saber, como primera medida, colocarse en su plano;
2) ser consciente de las necesidades, perspectivas y deseos inherentes a las distintas edades de los muchachos;
3) tratar con el muchacho individualmente, y no en conjunto, y
4) fomentar el espíritu de cooperación para obtener los mejores resultados.
El Jefe de Tropa guía al muchacho con el espíritu de un hermano
mayor.

Con referencia al primero de estos puntos, es de saber que el Jefe de Tropa no tiene que ser ni maestro de escuela, ni oficial de mando, ni director espiritual, ni tampoco instructor. Todo lo que se requiere es el don de saber gozar con provecho del aire libre, compenetrarse del anhelo de los muchachos, y tener el tino de encontrarles otras personas que los encarrilen en la debida dirección, ya sea con respecto a materia de señales o de dibujo, del estudio de la naturaleza o de la exploración. Tiene que hacer las veces de hermano mayor, esto es, considerar las cosas desde el punto de vista del muchacho, aconsejarlo, y guiarlo por el buen sendero, transmitiéndole entusiasmo. Como un verdadero hermano mayor, debe apreciar el valor de las tradiciones de su familia y procurar que las conserve, aún cuando para ello necesité emplear mucha firmeza. Eso es todo. El Movimiento es una confraternidad de alegría, tanto más jovial cuanto que en el juego del Escultismo se hace una gran obra para los demás: combatir el engendro del egoísmo. Con respecto al segundo punto, diremos que existe por ahí gran variedad de manuales que tratan de los aspectos sucesivos de la vida del adolescente. En cuanto al tercer punto, la misión del Jefe de Tropa -de suyo muy interesante- es procurar que el muchacho muestre sus recónditos sentimientos e imponerse sutilmente de lo que anida en su alma. 

Logrado esto, debe asir lo bueno que encierra su ser, para desarrollarlo a fin de que elimine lo malo. Por malo que sea el carácter de una persona, siempre hay en él un lado bueno. El juego consiste en acertar a descubrir esa buena semilla; saber cultivarla y abonarla, para que llegue a fructificar con mayor abundancia. Esto no es instruir a la mentalidad joven; es educarla. Por lo que hace al cuarto punto: en el adiestramiento para el Escultismo, el Sistema de Patrullas refleja en su conjunto la expresión del adiestramiento individual, que en la práctica indica todo lo que al muchacho se le ha enseñado. 
El Sistema de Patrullas cuenta también con un valioso elemento para la formación del carácter, si se sabe aprovecharlo como se debe. Mueve a cada muchacho a tratar de asumir alguna responsabilidad personal por el bien de su Tropa. Induce a cada patrulla o tropa a preocuparse del descargo de alguna misión bien definida que sea de provecho para la Tropa. Interpretando este espíritu, el Jefe de Tropa queda en condiciones de juzgar, no solamente su propia instrucción, sino también sus ideas con respecto a la perspectiva moral de sus scouts. 
A la luz de ese espíritu, el scout mismo va comprendiendo poco a poco oue tiene voz y voto en lo que hace la Tropa de que forma parte. El Sistema de Patrullas hace que la Tropa, y por ende todo el Escultismo, sea un esfuerzo genuinamente cooperativo.

GUÍA PARA EL JEFE DE TROPA

INTRODUCCIÓN 
Poco antes de que estallara la primera Guerra Mundial, Baden-Powell había preparado y dirigido un curso para Jefes de Tropa, Para poder dar este curso, hizo unos apuntes relativos al adiestramiento de muchachos mediante el Escultismo. Después de terminado el conflicto se le sugirió que esos apuntes bien podrían ser publicados en forma de libro. 
Los revisó a la luz de la experiencia que se había adquirido, pues de mil maneras la guerra fué una prueba por la cual pasó el adiestramiento del scout y fué así como, en 1920, apareció la obra originalmente escrita en inglés con el título de "Aids to Scoutmastership" (Guía para el Jefe de Tropa). En aquel mismo año se celebró en Londres el primer Jamboree mundial de scouts, con el fin de fundar y estimular la fraternidad mundial de los Scouts. En dicha reunión, Baden-Powell fué aclamado espontáneamente como Jefe Scout del mundo, honor que él siempre consideró como el más elevado de todos los que había recibido.

Diez años después se publicó una edición corregida de "Aids to Scoutmastership". Y a mí me tocó el honor de colaborar en su preparación. Baden-Powell me solicitó que cooperase con él ya que, en mi carácter de Jefe de Campo del Parque de Gilwell, era mi deber, así como satisfacción, seguir y exponer las sugestiones y consejos contenidos en este libro para el adiestramiento práctico de los Jefes de Tropa. Había además a la sazón otro vínculo que unía más estrechamente al Jefe Scout con el Parque de Gilwell. En 1929, al entrar el Escultismo en su mayoría de edad -por decirlo así- y celebrarse el tercer Jamboree mundial de scouts, se le confirió al Jefe Scout un título de nobleza del Reino Unido. Por recomendación del Comité Scout Internacional, el Jefe Scout agregó a su nombre el título de Lord y el de Gilwell, llamándose entonces Lord Baden-Powell of Gilwell, puesto que el Parque de Gilwell había sido reconocido como el Centro Internacional de adiestramiento de los Scouts. Por otra parte, tanto los miembros que integraban el Comité, como el propio Jefe, abrigaban el deseo de poner de relieve la distinción que la monarquía británica había conferido a la Fraternidad mundial de los Scouts.

Las principales partes en que se dividen ambas ediciones de la obra se basaban en un cuadro que ideó el Jefe Scout y en el cual hizo constar el análisis de las cualidades propias a todo verdadero ciudadano y las prácticas del Escultismo que las inculcan. Según costumbre suya, Baden-Powell siempre revisaba su material, empeñándose en presentarlo en lenguaje tan claro como fuera posible. Uno de los resultados de esta constante revisión fue el cuadro bien simplificado del Esquema para el adiestramiento del Scout, cuadro que incluyó en su obra autobiográfica intitulada "Lessons from the Varsity of Life" (Lecciones tomadas de la escuela de la vida).
La edición mundial de esta "Guía Para el Jefe de Tropa", se ciñe a este último análisis. El material de las primeras ediciones ha sido amoldado ligeramente para que se conforme a ella, y se han llenado unos cuantos vacíos con párrafos tomados de otras obras de Baden-Powell. En vista del proposito que persigue esta nueva edición, para elevarla del plan nacional al internacional se ha evitado hacer referencias a ciertas prácticas educativas inglesas, tan en boga en la tercera década de este siglo, pero que ya no son ni pertinentes ni oportunas. El trabajo de redacción en inglés fué ejecutado con toda idoneidad por William Hillcourt, miembro del personal de redacción de los Boy Scouts de Estados Unidos, quien durante su vida de Escultismo ha seguido con asiduidad y orgullo el sendero que abrió B.-P.
Nos es grato dejar constancia del reconocimiento de que es acreedora Lady Baden-Powell, quien generosamente ha dado su consentimiento y estímulo para que pudiera prepararse esta edición.
Mi propio y firme criterio es que el Escultismo, por todo el mundo, necesita tornarse hacia la idea original y simple de que es un juego, que ayudará al autodesarrollo del muchacho con la más mínima intervención posible por parte de los adultos. Si nosotros, que nos hemos elegido para desempeñar el alto cargo de ser sus directores, nos proponemos ACORDARNOS DE CUANDO ÉRAMOS MUCHACHOS en nuestra vida cotidiana y en todas nuestras actividades de Escultismo. haremos mejor nuestro trabajo y obtendremos mejores resultados. Para lograr esto no hay ayuda más excelente que la ofrecida por la Fraternidad Scout, que es en sí una fuerza poderosa para fomentar la buena voluntad y el entendimiento no sólo nacional, sino también internacionalmente.
Apoyada en este criterio, la presente edición de "Guía para el Jefe de Tropa" sale ahora a la luz pública. Acariciamos la esperanza de que esta obra ha de contribuir a mantener vivo el verdadero espíritu del Escultismo, tal cual lo vislumbró su Fundador. Nuestro anhelo es que ayude a los Jefes de Tropa, en todo el mundo, a comprender los fines y métodos de nuestras actividades.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Escudos Scouts del mundo - II

Escudos Scouts del mundo - I

viernes, 14 de septiembre de 2012

El hombre y la mujer a que aspiramos

Aspiramos a que cada joven que ha vivido en el Movimiento Scout, hombre o mujer, haga siempre todo lo que de él dependa para ser

Una persona íntegra y libre, limpia de pensamiento y recta de corazón, de voluntad fuerte, responsable de sí misma, que ha optado por un proyecto personal para su vida y que, fiel a la palabra dada, es lo que dice ser. 
Una persona servidora de los demás, solidaria con su comunidad, defensora de los derechos de los otros, comprometida con la democracia, integrada al desarrollo, amante de la justicia, promotora de la paz, que valora el trabajo humano, que construye su familia en el amor, que reconoce su dignidad y la del sexo complementario y que, alegre y afectuosa, comparte con todos. 
Una persona creativa que se esfuerza por dejar el mundo mejor de como lo encontró, comprometida con la integridad de la naturaleza, interesada por aprender continuamente, en búsqueda de pistas aún no exploradas, que hace bien su trabajo y que, libre del afán de poseer, es independiente ante las cosas. 
Una persona espiritual con un sentido trascendente para su vida, que camina al encuentro de Dios, que vive alegremente su fe y la integra a su conducta y que, abierta al diálogo y a la comprensión, respeta las opciones religiosas de los demás.

Sistema progresivo de objetivos y actividades: un programa de jóvenes

La expresión más visible y atrayente del método scout, donde se integran en concertada armonía todos sus otros componentes, es su variado programa de actividades, el que constituye para los jóvenes una oferta coincidente con sus intereses y de la cual ellos eligen lo que desean hacer. 
Estas actividades, algunas de ellas fijas y la mayoría variables, permiten a los jóvenes tener experiencias personales que los conducen al logro de los objetivos que el Movimiento les propone para las distintas etapas de su crecimiento. Esos objetivos se encaminan progresivamente al cumplimiento del proyecto educativo del Movimiento, se basan en las necesidades del desarrollo armónico de los jóvenes y se ajustan a sus posibilidades en las diferentes edades. 
Las actividades propuestas contienen desafíos que estimulan al joven a superarse, permiten experiencias que dan lugar a un aprendizaje efectivo, producen la percepción de haber logrado un provecho y despiertan el interés por acometerlas. 
Por eso decimos que son desafiantes, útiles, recompensantes y atractivas. Toda actividad que reúna esas condiciones es susceptible de incorporarse a este programa de jóvenes, el que se construye, realiza y evalúa entre todos, mediante modalidades de animación que varían según las distintas etapas de progresión.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Un ceremonial para celebrar la vida

El crecimiento progresivo del joven es destacado a través de diversos actos que conmemoran su historia personal y la tradición común, y que expresan la alegría de la comunidad por el avance de cada uno de sus integrantes. 
A través del ceremonial se renueva el sentido del símbolo, se refuerza la unidad del grupo y se crea el ambiente propicio para reflexionar sobre los valores que penetran la actividad de todos los días.

Marco simbólico sugerente

El método presenta también a los jóvenes un conjunto de elementos simbólicos que incorporan la riqueza de los signos y conforman el ambiente de referencia propio del Movimiento. 
Estos símbolos motivadores estimulan la imaginación, cohesionan en torno a los objetivos compartidos, dan sentido de pertenencia a un grupo de iguales y brindan paradigmas que se ofrecen como modelos a imitar. Cada una de las etapas de progresión está referida a un marco simbólico propio, el que se adapta a la capacidad imaginativa y a las necesidades de identificación de cada edad.

Presencia estimulante del adulto

En el proceso de crecimiento de los jóvenes, el educador adulto, permaneciendo como tal, se incorpora alegremente al dinamismo juvenil, dando testimonio de los valores del Movimiento y ayudando a los jóvenes a descubrir lo que a ellos solos les permanecería oculto.
 Este estilo permite establecer relaciones horizontales de cooperación para el aprendizaje, facilita el diálogo generacional y demuestra que el poder y la autoridad se pueden ejercitar al servicio de la libertad de quienes se educa, dirige o gobierna.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sociedad de jóvenes

Los pequeños grupos y las demás estructuras que ofrece el Movimiento para que los jóvenes se organicen en torno a su propuesta educativa y desarrollen sus actividades por sí mismos, evocan una sociedad de jóvenes. 
Se observan en ella órganos de gobierno y espacios de participación, asambleas y consejos que enseñan a administrar las discrepancias y a obtener los consensos, organismos de toma de decisiones colectivas e individuales, equipos ejecutivos que impulsan a la acción y logran que las cosas ocurran. 
Una escuela activa que integra a la vida de todos los días el aprendizaje de la convivencia, la democracia y la eficiencia. La cantidad, tamaño y nombre de estas estructuras responden a las necesidades planteadas por las características del joven en las distintas etapas de su desarrollo.

Sistema de equipos

Un factor fundamental del Método es la pertenencia a pequeños grupos de jóvenes de edad similar. Estos equipos de iguales aceleran la socialización, identifican a sus miembros con los objetivos comunes, enseñan a establecer vínculos profundos con otras personas, entregan responsabilidades progresivas, dan confianza en sí mismo y crean un espacio educativo privilegiado para crecer y desarrollarse.

Aprender jugando

El juego optimiza las oportunidades de experimentar, aventurar, imaginar, soñar, proyectar, construir, crear y recrear la realidad. Este ámbito es una ocasión de aprendizaje significativo que el método scout privilegia como un espacio de experiencias en que el joven es actor protagónico. 
En el juego desempeñará papeles diversos, descubrirá reglas, se asociará con otros, asumirá responsabilidades, medirá fuerzas, disfrutará triunfos, aprenderá a perder, evaluará sus aciertos y sus errores

martes, 11 de septiembre de 2012

Aprendizaje por la acción

Otro componente esencial es la educación activa, en que los jóvenes aprenden por sí mismos a través de la observación, el descubrimiento, la elaboración, la innovación y la experimentación. Este aprendizaje no frontal permite experiencias personales que interiorizan y consolidan con intensidad el conocimiento, las actitudes y las habilidades. 
De esta manera, desde el punto de vista cognoscitivo, se sustituye la mera recepción de información por la adquisición efectiva de conocimiento; en el dominio de la afectividad, se reemplaza la norma impuesta por la norma descubierta y la disciplina exterior por la disciplina interior; y en el campo motriz, la pasividad receptiva del destinatario cede paso a la creatividad efectiva del realizador.

Vida en naturaleza

La vida al aire libre es un medio privilegiado para las actividades scouts. Los desafíos que la naturaleza presenta permiten a los jóvenes equilibrar su cuerpo, desarrollar sus capacidades físicas, mantener y fortalecer su salud, desplegar sus aptitudes creativas, ejercer espontáneamente su libertad, crear vínculos profundos con otros jóvenes, comprender las exigencias básicas de la vida en sociedad, valorar el mundo, formar sus conceptos estéticos, descubrir y maravillarse ante el orden de la Creación. El método scout propone a los jóvenes integrar esta experiencia en sus hábitos frecuentes y en su estilo personal, recuperando continuamente el silencio interior y retornando siempre a los ritmos naturales y a la sobriedad de vida.

Historia de una Buena Acción - Imágenes

lunes, 10 de septiembre de 2012

Historia de una Buena Acción


Como llegó el Escultismo a Norteamérica
Esta historia, es un buen ejemplo del hecho que no importa el tamaño o el lugar de la Buena Acción sino el espíritu con que fue hecha. 
Era el final del otoño de 1909. Durante el día, la ciudad de Londres había estado sumergida como en una sopa de guisantes, con una niebla espesa que prácticamente había detenido todo el tráfico, todos los negocios de la capital británica.
Un publicista norteamericano, el Sr. Boyce, de la ciudad de Chicago, tenía dificultades para encontrar una dirección en el centro de la ciudad. Se había detenido bajo una de las lámparas de la calle para orientarse mejor, cuando de repente apareció un muchacho entre la niebla.

- ¿Puedo ayudarlo señor? - preguntó el muchacho. 
- Ya lo creo que sí - dijo el señor Boyce. - Quisiera que me indicaras cómo llegar a esta dirección... 
- Yo lo llevaré ahí señor -, dijo el muchacho, y se encaminó en la dirección deseada por el Sr. Boyce. 
Cuando llegaron al lugar, el señor Boyce buscó en sus bolsillos algunas monedas para dárselas de propina, pero antes de que tuviere la oportunidad de ofrecerlas al muchacho éste le dijo: 
- No señor, muchas gracias, soy Scout, y un Scout no acepta nada por ayudar a alguien". 
- ¿Un Scout? ¡Y qué es eso? -, preguntó Boyce. 
- ¡No ha oído hablar de los Boy Scouts de Baden-Powell? - El señor Boyce no había oído de ello. - Cuéntame de ellos - dijo. 

Así es que el muchacho le platicó al norteamericano acerca de él y sus hermanos Scouts.
El Sr. Boyce quedó muy interesado y después de terminar sus negocios, le pidió al muchacho que lo llevara a las oficinas de los Boy Scouts británicos. 

Ahí desapareció el muchacho. 

En la oficina, el señor Boyce conoció a Baden-Powell, el famoso general inglés que había fundado el Movimiento Scout hacía dos años.
Boyce quedó tan impresionado con lo que Baden-Powell le dijo acerca del Escultismo que decidió llevarlo a su país cuando regresó de Inglaterra.
¿Qué pasó con el muchacho que ayudó a Boyce? 
Nadie lo sabe. Nadie volvió a oír de él. Sin embargo nunca se le olvidó. Los Scouts de EE. UU. regalaron al Centro Internacional de Adiestramiento, el Parque de Gilwell, en Inglaterra, una hermosa estatua de un búfalo americano, con una simple inscripción que dice:
"Al Scout desconocido quien en su lealtad al diario cumplimiento de la Buena Acción, hizo posible traer el Movimiento Scout a los Estados Unidos de América".
Una buena acción a un hombre, se transformó en una Buena Ación a millones de muchachos. 
Tal es la fuerza de la Buena Acción.


Aprendizaje a través del servicio

Como expresión de los principios sociales del Movimiento, el método scout propicia que los jóvenes asuman una actitud solidaria, realicen acciones concretas de servicio y se integren progresivamente en el desarrollo de sus comunidades. 
Junto con resolver un problema o aliviar un dolor, el servicio es una forma de explorar la realidad, de conocerse a sí mismo, de descubrir otras dimensiones culturales, de aprender a respetar a los otros, de experimentar la aceptación y reconocimiento del medio social, de construir la auto imagen y de estimular la iniciativa por cambiar y mejorar la vida en común.

Nuestro Método Educativo

Para lograr nuestro propósito, obtener que los jóvenes encarnen en sus vidas los principios propuestos y sean el hombre y la mujer que han escogido ser, recurrimos al método scout, el que constituye un todo integrado en el que se combinan diversos elementos.

Adhesión a la Promesa y a la Ley

El principal elemento de este método es la invitación personal a cada joven, en un determinado momento de su progresión, para que formule su Promesa Scout. 
Mediante este compromiso el joven acepta libremente, ante su grupo de compañeros, ser fiel a la palabra dada y hacer todo lo que de él dependa para vivir de acuerdo con la Ley. La Ley Scout es un instrumento educativo mediante el cual se expresan, de manera comprensible para las distintas edades, los principios que nos guían. 
Este compromiso será un punto de referencia hacia el cual se proyectará toda la vida de un joven.

domingo, 9 de septiembre de 2012

La relación con Dios

Toda persona interpela constantemente a la existencia para que le revele su origen, su naturaleza y su destino. Frente a la profundidad del misterio, invitamos a los jóvenes a trascender el mundo material, guiarse por principios espirituales y caminar siempre en la búsqueda de Dios, presente en la existencia de todos los días, en las cosas creadas, en los otros, en la historia. 
Los invitamos a asumir el mensaje de su fe y a vivirlo en la comunidad de su Iglesia, compartiendo la fraternidad de los hombres unidos por una misma religión y siendo fiel a sus convicciones, signos y celebraciones. Representamos a los jóvenes la importancia de integrar la fe a la vida y a la conducta, dando testimonio de ella en todos sus actos. 
Les invitamos además a vivir alegremente su fe, sin ninguna hostilidad hacia quienes buscan, encuentran o viven respuestas diferentes ante Dios, abriéndose al interés, a la comprensión y al diálogo ante las opciones religiosas de los demás. Una persona guiada por estos principios reconoce, vive y comparte el sentido trascendente de su vida, por encima de posiciones sectarias o fanáticas.

La relación con el mundo

Proclamamos que el hombre está llamado a continuar y completar en el mundo la obra creadora de Dios. Proponemos a los jóvenes que respeten con celo el mundo natural, que se comprometan en la lucha por su integridad y que participen activamente en su preservación, mantenimiento y renovación. 
Desarrollamos y ofrecemos oportunidades a su curiosidad, ayudándoles a proyectar sobre su vida adulta su interés por adquirir destrezas, trabajar con sus manos y transformar las cosas, descubriendo la ciencia y la técnica como medios al servicio del hombre. 
Los motivamos para que aprendan a reaprender, a reinventar, a imaginar y a encontrar pistas aún no exploradas. Motivamos su admiración por el trabajo bien hecho y fomentamos su aspiración a la excelencia. Les invitamos a ser independientes ante las cosas creadas, libres del afán de poseer. Una persona animada por este espíritu dejará el mundo mejor de como lo encontró y su testimonio invitará a superar la apatía, la mediocridad y el consumismo.