Cada Patrulla selecciona un prisionero y un guardián, intercambiándolos de manera que cada
guardián tenga a cargo un prisionero de otra Patrulla. Cada prisionero estará atado, por medio de
un as de guía, por la cintura, con una cuerda de unos diez metros de largo cuyo extremo está
sujeto por el guardián. Éste marcha hacia un lugar determinado escogiendo el camino que mejor le
parezca y caminando lentamente. El prisionero irá dejando tras de sí un rastro lo más pronunciado
posible. Al cabo de un tiempo, que depende de la distancia a recorrer, el resto de la Patrulla sale a
rescatar a su hombre y de ser posible, a capturar al guardián.
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