Es inconcuso que la mayor parte de los juegos gastan energía en una o en otra forma, pero
éstos tienen éso por objeto principal. Los muchachos están llenos de energía, por tanto
conviene hacer que ellos la dominen empleando una poca en juegos rudos y agradables. Existe
además un valor adicional en un juego rudo, especialmente cuando se practica con el Espíritu
Scout de buena camaradería y sin malicia o rencor. Un juego de esta naturaleza, adecuado,
practicado al principio de la Reunión de la Tropa antes de que oficialmente ésta comience y en
el cual tomen parte los Scouts conforme vayan llegando, puede constituir una tradición
apreciable y valiosa para la Tropa.
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