Definidas las áreas de crecimiento, es necesario fijar a
continuación, dentro de cada área, los objetivos terminales que se
proponen para el proceso educativo del Movimiento Scout.
Estos objetivos terminales se expresan en conductas
deseables y observables al momento del egreso de un joven del
Movimiento, esto es, alrededor de los 20 años.
Ellos concretan, para cada área de crecimiento y en términos
educativos específicos, el perfil de egreso enunciado en el Proyecto
Educativo.
A diferencia de dicho perfil, cuyo carácter profético es
inevitable, el objetivo terminal, basado en una experiencia acumulada
sobre lo que es posible esperar de una persona al término de la
progresión scout, establece una cierta mediación educativa, una
especie de acercamiento entre realidad y utopía.
De ahí que con
relación al perfil, el objetivo terminal representa una aproximación a
lo posible.
No obstante, su mayor componente valórico es de inmediato
reconocible, ya que han sido fijados en base a un deber ser, el que
está conformado por la jerarquía de valores y conceptos
fundamentales del Movimiento Scout, tal como se expresan en el
Proyecto Educativo.
No podría ser de otra forma, ya que el Movimiento Scout, como
todo proceso educativo, está comprometido con determinadas
opciones valóricas cuya significación debe quedar manifiesta y el
objetivo terminal, puesto al final del proceso de formación scout, es
la oportunidad apropiada para enunciarlas.
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