b) Estudio de la Naturaleza. - Grandes enseñanzas se derivan de la observación de la
Naturaleza,
En la vida de un pájaro, por ejemplo, el nacimiento de sus plumas de igual forma y
color que las de los de su misma especie que viven a millares de kilómetros de distancia, las
migraciones, la forma igual de tejer sus nidos, el color de sus huevos, el desarrollo del polluelo, el
cuidado de la madre, la alimentación y la facultad de volar; todo se realiza sin la intervención del
hombre; sólo obedeciendo a las leyes del Creador, y constituye una lección inapreciable para los
muchachos.
Así mismo, las plantas de todas clases, con sus flores, cortezas, follaje y frutos; los animales, sus
especies, sus hábitos; las estrellas en el firmamento, con sus lugares señalados y sus órbitas fijas
en el espacio, nos dan la primera concepción del infinito y de la inmensa obra del Creador, en la
cual el hombre no es más que una ínfima parte. Todo esto tiene gran fascinación para la juventud;
atrae su curiosidad, su poder de observación, y la conduce directamente a reconocer la mano de
Dios en las maravillas del Universo, con sólo que haya una persona que se las muestre.
Lo que a mí más me asombra es cómo algunos profesores han descuidado este fácil e infalible
método educativo, y en cambio se han aferrado a la instrucción bíblica como primer paso para
conseguir que el espíritu inquieto del muchacho se oriente hacia conceptos más elevados.
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