La Tropa se concentra en un extremo del local, excepto uno o dos que actúan de vaqueros y se
colocan en el centro. Todos se descalzan, se apagan las luces y los novillos se arrastran hacia el
lado opuesto del local esquivando que los vaqueros los "derriben" (lo que estos logran poniéndoles
los omóplatos sobre el piso). Los novillos que han sido derribados se suman a los vaqueros y el
juego continúa.
Como el objeto principal del juego es acechar con los pies descalzos, por un lado, y escuchar
cuidadosamente y obrar con rapidez por el otro, se requiere silencio absoluto. Así pues, los
encuentros que tengan lugar deberán ser en completo silencio, excepto el ruido inevitable de toda
lucha. El juego se practica mejor si el Jefe de Tropa da la salida en cada ocasión de palabra o con
el silbato, en vez de permitir que los novillos vayan de un lado a otro ininterrumpidamente.
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