Entendemos el carácter como una disposición
permanente de la voluntad del hombre para organizar
sus fuerzas e impulsos de acuerdo con un principio
regulador de naturaleza ética, confiriéndole a su
comportamiento cierto perfil personal.
Concebido de esta manera, el carácter se
contrapone con el mundo de los instintos, de las
apetencias y de los rasgos que dependen
especialmente de la constitución física o que están
relacionados con ella, la cual sostiene el carácter, pero
no define las elecciones ni los valores.
En este aspecto del desarrollo de la personalidad
es fundamental la orientación de la vida en base a
objetivos, su ordenación de acuerdo a valores
libremente aceptados y la educación de la voluntad
para que la persona se mantenga adherida a esos
valores.
De esa manera se da sentido a la vida y
coherencia a la conducta. Tal certidumbre y
consistencia ética permiten al hombre maduro obtener
la consecución de los fines que considera justos.
Para contribuir a la formación del carácter el
método scout realiza diversos aportes. Uno de ellos es
la permanente invitación a la vida de reflexión y a la
interacción con otras personas, procurando que el
joven adquiera un buen conocimiento de sí mismo.
Correlativamente, las personas que tienen un
buen conocimiento de sí mismas poseen un elevado
sentido del humor, probablemente debido a su
capacidad de autoobjetivación.
Quien tiene un sentido
proporcionado de sus cualidades y valores es capaz de
percibir sus incongruencias y absurdos. El humor a
que nos referimos carece de hostilidad, es intrínseco a
la situación y no añadido a ella, es espontáneo,
considera respetuosamente a los demás y es ajeno a
la comicidad. Un humor similar a la alegría contenida
en la Ley Scout. que invita a la persona a superar
dificultades y a expresar de un modo constante su
gusto por la vida. Un carácter alegre es una marca que
identifica, distingue y atrae voluntades.
Los valores que formarán el carácter dependerán
mucho de la cultura y del medio particular en que la
persona se despliegue. Para un scout esa proposición
cultural está contenida en la Ley Scout, codigo de
conducta que los jóvenes interiorizan y asumen
viviéndolo.
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