Existen en la malla objetivos intermedios que parecen repetirse de un
rango a otro. Si se observa con cuidado se verá que la similitud es sólo
aparente.
Ya sea en la conducta planteada por el verbo utilizado o en el
contexto en que se proponen, siempre hay entre uno y otro un grado mayor de
exigencia, sea en intensidad o en amplitud. Esto se debe a que hay tareas de
desarrollo que no se agotan en un solo rango de edad, sino que comprenden
todo el ciclo de desarrollo y a veces todo el proceso de crecimiento.
En la tercera línea de carácter, columna de prepubertad, se señala que
conoce y comprende la Ley y los principios contenidos en la Promesa de su
Rama, y en la columna de pubertad se expresa que demuestra aceptar el
significado para su vida de la Ley los principios y la Promesa.
La diferencia
está marcada por la mayor intensidad de la conducta pedida: mientras en una
casilla se pide «conocer y comprender», en la otra se requiere «demostrar con
la propia vida que se acepta su significado».
Una buen ejemplo de tarea de desarrollo que cubre todo el proceso de
crecimiento y cuyos objetivos se expresan en las distintas edades de manera
aparentemente similar, es la quinta línea de carácter, relativa a la alegría y el
sentido del humor.
La progresión de la primera sublínea, referida a la actitud
de alegría, utiliza objetivos que pueden ser parecidos, pero que tienen
connotaciones cada vez más profundas: expresa frecuentemente su alegría
(infancia media); acepta de buen ánimo las dificultades (infancia tardía);
enfrenta y resuelve sus dificultades con alegría (prepubertad); mantiene
constantemente una actitud alegre (pubertad); es capaz de reírse de sus
propios absurdos (adolescencia); enfrenta la vida con alegría (juventud).
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