La salvedad anterior es aún más válida tratándose de una
organización como el Movimiento Scout, donde la ejecución del
plan está básicamente a cargo de voluntarios que colaboran
en organizaciones que con frecuencia tienen ingresos inciertos
y políticas poco consolidadas.
A su vez, la mayoría de los
indicadores de logro esperado al término del plan regional, se
deben producir precisamente en esas asociaciones nacionales,
que son autónomas, y respecto de cuyas determinaciones los
organismos regionales cumplen una función de orientación y
animación, careciendo de una línea vinculante de coordinación
jerárquica.
No obstante, la utilización permanente de planes de esta
naturaleza, como ha ocurrido con éxito en la Región
Interamericana desde 1993, tiene la virtud de ordenar las
acciones en un sentido que tiene historia, optimizando y dando
coherencia y continuidad a lo que con gran esfuerzo se ha
hecho y se hace en los niveles regionales y nacionales.
Así elaborado, y por decisión del Comité Scout Interamericano,
este plan ha sido presentado a la Oficina Scout Mundial, Sede
Central, como también fue enviado a todas las asociaciones de
la Región para sus opiniones y comentarios. Este texto final del
Plan da cuenta de las observaciones recibidas.
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