Otra manera eficaz de que se puede valer el Jefe de Tropa para idear actividades que plazcan a los
muchachos es manteniendo los oídos abiertos y dejar que repose un poco su cerebro.
Cuando en tiempo de guerra un explorador de infantería sale a cumplir su consigna por la noche,
para averiguar lo que hace el enemigo, tiene que depender en gran parte del sentido del oído.
Asimismo, cuando un Jefe de Tropa se encuentra en la obscuridad con respecto a su conocimiento
de la inclinación o carácter de sus muchachos, puede hacerse bastante luz sabiendo escuchar.
Oyendo, podrá descubrir lo más profundo del carácter de cada muchacho y percatarse de la
manera en que más pueda interesársele.
Así, del mismo modo, durante las deliberaciones en el seno del Consejo de los Guías de patrulla, o alrededor del juego de campamento, si uno se impone la tarea de escuchar y observar, como ocupación especial, se llega a obtener muchísima más información de la fuente de los mismos muchachos que la que se les puede extraer mediante la conversación.
Así, del mismo modo, durante las deliberaciones en el seno del Consejo de los Guías de patrulla, o alrededor del juego de campamento, si uno se impone la tarea de escuchar y observar, como ocupación especial, se llega a obtener muchísima más información de la fuente de los mismos muchachos que la que se les puede extraer mediante la conversación.
Además, cuando se visite a los padres, no hay que llegar ante ellos con la idea de causarles buena
impresión con respecto al valor que tiene el Escultismo, sino con el propósito de averiguar sus
ideas, con respecto a la instrucción que debe darse a sus hijos, lo que esperan del Escultismo, o
qué defectos le encuentran.
En general, cuando hay pocas ideas nuevas,
debe evitarse imponer a los scouts actividades que a uno le parece que les han de agradar. Se deben averiguar las actividades que
interesan a la mayoría, oyéndola o haciéndole preguntas, y luego ver hasta qué punto se pueden
poner en práctica, esto es, si son beneficiosas.
Cuando una Tropa deja oír el estruendo alegre de sus carcajadas, goza de sus triunfos, y palpita de emoción anticipando nuevas aventuras, pocos serán los que, llenos de aburrimiento, la abandonen.
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