En el proceso de crecimiento
de los jóvenes, el educador
adulto, permaneciendo
como tal, se incorpora
alegremente al dinamismo
juvenil, dando testimonio de
los valores del Movimiento
y ayudando a los jóvenes a
descubrir lo que a ellos solos
les permanecería oculto.
Este estilo permite establecer relaciones horizontales
de cooperación para el aprendizaje, facilita el
diálogo generacional y demuestra que el poder y
la autoridad se pueden ejercitar al servicio de la
libertad de quienes se educa, dirige o gobierna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario