He dicho a menudo que no me importaba un bledo si el scout viste uniforme o no, con tal que
ponga su corazón en el trabajo y se ajuste a la Ley Scout. Pero es raro el scout que no lo use si
puede comprarlo.
El espíritu del Escultismo lo impulsa a lucirlo.
Esta misma regla se aplica a aquellos que dirigen el desarrollo del Escultismo, es decir: a los Jefes
de Tropa y Comisionados, quienes no están obligados a usar uniforme cuando no les agrade, pero
que en su categoría de dirigentes tienen que subordinar sus preferencias para dar el ejemplo a los
demás.
Personalmente, yo me pongo uniforme aunque sólo sea para inspeccionar a una patrulla, porque
tengo la seguridad de que levanta el espíritu de los muchachos. Eleva su estimación por sus
propios uniformes cuando ven que un hombre mayor no siente reparo en llevarlo.
Su propia dignidad se vigoriza cuando se dan cuenta de que son tomados en serio por hombres
que consideran importante el formar parte de su hermandad.
La elegancia del uniforme y la corrección en los detalles puede parecer asunto trivial, pero tiene su
valor en el desarrollo de la dignidad, y contribuye inmensamente a la buena reputación del
Escultismo entre los profanos que juzgan por lo que ven.
Es esencialmente un asunto de ejemplo. Muéstreseme una Tropa con indumentaria desaliñada, y
puedo deducir al punto que el jefe que la dirige es descuidado en su persona y porte. Los Jefes de
Tropa deben pensar en esto cuando se pongan el uniforme o se den el último toque al calarse el
sombrero. Recuerden que son los modelos que copian sus muchachos, y su nitidez en el vestir se
reflejará inmediatamente en ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario