Y el placer de tocar algún instrumento musical es común a toda la humanidad. El canto, como
engarce de vocablos, proporciona al alma humana un recurso para expresarse que, utilizado
adecuadamente, brinda placer tanto al cantante como al oyente.
El muchacho le tiene un amor natural a la música, y por ese amor se le puede orientar hacia la
poesía y los sentimientos más elevados, como por una transición de ascenso fácil y naturalmente
progresivo. Eso le proporciona al Jefe de Tropa un medio que puede utilizar inmediatamente para
enseñar a los muchachos a proporcionarse regocijo, y al mismo tiempo dar mayor elevación a sus
pensamientos.
Las representaciones teatrales también deben formar parte de la educación de todo muchacho en
el arte de comunicar la expresión de su propia personalidad.
En las aulas docentes, a mí se me indujo a participar en muchas representaciones dramáticas, y
luego he dado gracias a Dios por haberme deparado tal oportunidad. Porque así aprendí a ejercitar
la memoria; me acostumbré a hablar claramente y sin nerviosidad ante un auditorio de muchas
personas y experimenté el raro placer de imaginarme que, por cierto tiempo, era yo otra persona.
Además, esa practica nos dió la oportunidad de conocer la belleza literaria de las obras dramáticas
famosas, así como experimentar emociones de alegría o tristeza, de amor o conmiseración,
mientras interpretábamos los distintos papeles.
Pero, sobre todo, nos proporcionó el placer y la felicidad de divertir a otras personas en momentos
en que necesitaban solaz o entretenimiento.
Muchas Tropas de scouts se dedican a labores teatrales durante los meses de invierno; y en esa
forma, no sólo acrecentan sus recursos pecuniarios, sino que adquieren educación valiosa para si,
mientras divierten a otras personas.
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