Las aficiones, artes manuales, inteligencia y salud son pasos preliminares para desarrollar el amor
al trabajo y habilidad para soportar las luchas de la vida, lo cual es algo esencial en la consecución
del éxito. Y la segunda fase consiste en preparar al joven trabajador para la clase de trabajo que
mejor se amolde a sus cualidades.
Los mejores trabajadores y las personas que mejor disfrutan de la vida son los que consideran a su
trabajo como si fuese una especie de deporte o juego; y mientras más entusiastamente juegan,
más gozan en sus labores.
No sin fundamento, el famoso historiador H. G. Wells ha manifestado lo
siguiente: "Yo he notado que los llamados hombres preeminentes en realidad son personas que
tienen corazón de niño; es decir, que son niños en la seriedad de la forma en que gozan
trabajando. Trabajan porque les gusta trabajar y así su trabajo es realmente un juego, un placer
para ellos. El niño no es únicamente el padre del hombre, sino que es el hombre y no desaparece
nunca."
Otro hombre ¡lustre (Ralph Parlette) también tiene razón cuando dice así: "Jugar es experimentar
amor en hacer algo; y trabajar es sentirse obligado a hacer algo."
En el Escultismo, tratamos de ayudar a los muchachos a que adquieran esa actitud,
entusiasmándolos en las cosas que les interesan individualmente, y que luego sean útiles para ellos
más tarde.
Lo hacemos en primer lugar y sobre todo, mediante las diversiones del Escultismo y su jovialidad.
Entonces, por etapas progresivas, los muchachos pueden, natural e inconscientemente, orientarse
hacia el desarrollo de sí mismos para lo futuro.
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