Eso tal vez ha de parecerles a ciertas personas como una manera extraña de enseñar disciplina y
vigorizar la salud. Pero la experiencia demuestra que produce buenos resultados.
Probablemente algunos de mis lectores han observado que a veces se incluye como parte de la
gimnasia militar, en la forma de inducir a los soldados a que anden por un tablón puesto de canto a
una altura de varios palmos sobre el nivel del suelo. Se ha descubierto que, induciéndolos a
enfocar su atención en esa prueba de habilidad, adquieren o intensifican la destreza de dominarse
a sí mismos y regir sus nervio|s.
Además, el experimento se ha extendido hasta el extremo de
haberse visto que un soldado ineficaz en las pruebas de puntería recobra el dominio sobre sí mismo
y la facultad de concentración practicando varías veces el ejercicio ese de "andar por el tablón."
Y es un ejercicio que a los muchachos les interesa; mas, para iniciarse en su práctica, deben
utilizar un balancín, que podrán hacer fácilmente atando varios bordones, en forma de haz; pues al
principio tal vez necesitarán un contrapeso que los ayude a equilibrarse.
Como ya lo he indicado, tales ejercicios fortalecen el carácter; y ésta es una de las razones por las
cuales yo deploro la tendencia moderna de anteponer la seguridad a todo lo demás.
Pues, para que
la vida humana sea vigorosa, se necesita cierta dosis de peligro y para prolongar la existencia, es
necesario ejercitar nuestro ánimo, de vez en cuando en la práctica de afrontarse a lo peligroso. Los
scouts tienen que prepararse para topar dificultades y peligros en la vida. Por esto debe cuidarse
de que su adiestramiento no peque de ser demasiado benigno.
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