La enseñanza de servir a los demás no se circunscribe a la teoría; sino que abarca el desarrollo de
dos aspectos distintos: la inculcación del espíritu de benevolencia y la disposición de oportunidades
para ejercitarlo prácticamente.
Esta enseñanza se realiza principalmente por medio del ejemplo, y el Jefe de Tropa es el primero
en darlo con su patriótica dedicación al servicio de la juventud, sin más mira que la satisfacción
que de ello deriva, y sin esperar ninguna recompensa material.
El Jefe de Tropa da a sus muchachos la oportunidad de la práctica, sugiriéndoles la realización de
servicios especiales.
Y los servicios al público ofrecen el mejor campo de adiestramiento práctico del deber para con la
colectividad, ejercitando el patriotismo y el sacrificio desinteresado mediante la expresión.
La labor de los scouts en tiempos de paz y de guerra, al hacerse cargo voluntariamente de pesadas
obligaciones, para servir a su patria, es en sí una prueba de su anhelo de emprender una buena
obra y de la disposición de hacerse eficientes cuando los inspira una buena causa.
Este terreno
ofrece un medio poderoso para desarrollar en forma práctica al ciudadano ideal.
Como ejemplo de servicios al público puede mencionarse el que prestan los scouts a las
poblaciones en casos de incendios y otras calamidades.
Tales servicios son especialmente
adecuados para scouts de mucha experiencia en otras labores y el hecho de encargárseles que los
presten tienie un fuerte aliciente para ellos.
Además, aunque la Tropa se organice y equipe originalmente con el propósito de apagar incendios,
a medida que adquiere mayor habilidad, puede también encargarse de prestar socorro en toda
clase de accidentes que ocurran en el vecindario, tales como los de tránsito, asfixia, explosiones,
crecientes o inundaciones, descarrilamientos, etc.
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