El Escultismo tiende, en forma práctica, a liberar al niño de sus hábitos egoístas. Cuando éste se
satura de espíritu caritativo, se encuentra en muy buen camino para dominar o extirpar esas
tendencias nocivas.
La primera frase de la promesa que hace un muchacho al ingresar en el Escultismo es: "Cumplir
mis obligaciones para con Dios". Nótese que no dice: "Seré leal a Dios". Esto significaría un estado
de la mente y no el gesto espontáneo para la acción que es el espíritu activo de la promesa.
El objetivo principal del Escultismo es proporcionar alguna forma práctica de instrucción, en lugar
de seguir el método de imbuir preceptos prohibitivos, ya que el muchacho es más dúctil a la acción
que al acatamiento de mandatos teóricos. De ahí que se trate de incluir en sus actividades la
costumbre de efectuar buenas acciones en la vida cotidiana, como base de futura buena intención
y cortesía para con los demás. El fondo religioso que hay en esto es común a todas las creencias, y
por ello el Escultismo no está en pugna con ningún culto.
Así el muchacto puede comprender mejor que parte de sus "deberes para con Dios" es desarrollar,
como don sagrado, esos sentimientos que Dios le ha infundido, para que le sean de provecho en el
curso de la vida. Así mismo debe cuidar su cuerpo, energías y vigor reproductivo para emplearlos
en el servicio de Dios; atender la mente, cuyos maravillosos atributos (razón, memoria y
apreciación) lo elevan sobre el nivel de los irracionales; exaltar el alma animada por el soplo divino
del amor que puede desarrollar mediante la expresión y práctica continuas. Así es como se enseña
al muchacho que el cumplimiento de los deberes para con Dios significa, no simplemente acogerse
a su infinita bondad, sino cumplir con el elevado principio de "Amaos los unos a los otros".
Lo curioso del caso es que esta obligación de servir a los demás con buenas acciones es lo que
atrae más de lleno y más rápidamente el celo del scout.
Aunque parezca trivial, el hecho de
sacrificar pequeñas conveniencias y placeres personales, en favor de los demás, realmente forma
la base sobre la cual descansa el espíritu de renunciamiento en provecho ajeno.
Las acciones laudables de menor importancia incluidas en el credo del scout son en sí el primer
paso para desarrollar los buenos sentimientos hacia el prójimo.
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