lunes, 20 de agosto de 2012

Objetivos diferenciados por la intensidad de la conducta pedida - I

Existen en la malla objetivos intermedios que parecen repetirse de un rango a otro. Si se observa con cuidado se verá que la similitud es sólo aparente. 
Ya sea en la conducta planteada por el verbo utilizado o en el contexto en que se proponen, siempre hay entre uno y otro un grado mayor de exigencia, sea en intensidad o en amplitud. Esto se debe a que hay tareas de desarrollo que no se agotan en un solo rango de edad, sino que comprenden todo el ciclo de desarrollo y a veces todo el proceso de crecimiento. 
En la tercera línea de carácter, columna de prepubertad, se señala que conoce y comprende la Ley y los principios contenidos en la Promesa de su Rama, y en la columna de pubertad se expresa que demuestra aceptar el significado para su vida de la Ley los principios y la Promesa. 
La diferencia está marcada por la mayor intensidad de la conducta pedida: mientras en una casilla se pide «conocer y comprender», en la otra se requiere «demostrar con la propia vida que se acepta su significado». 
Una buen ejemplo de tarea de desarrollo que cubre todo el proceso de crecimiento y cuyos objetivos se expresan en las distintas edades de manera aparentemente similar, es la quinta línea de carácter, relativa a la alegría y el sentido del humor. 
La progresión de la primera sublínea, referida a la actitud de alegría, utiliza objetivos que pueden ser parecidos, pero que tienen connotaciones cada vez más profundas: expresa frecuentemente su alegría (infancia media); acepta de buen ánimo las dificultades (infancia tardía); enfrenta y resuelve sus dificultades con alegría (prepubertad); mantiene constantemente una actitud alegre (pubertad); es capaz de reírse de sus propios absurdos (adolescencia); enfrenta la vida con alegría (juventud).

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