martes, 20 de noviembre de 2012

Efecto posterior

El dominio de sí mismo y el desarrollo de amor y servicio al prójimo encierran el sentido de la misericordia divina, y realizan un cambio total en el corazón del individuo, haciéndole ver un reflejo de verdadero paraíso y la gran satisfacción que experimenta sintiéndose perteneciente al grupo de los bienhechores. La pregunta que se hará entonces el muchacho no será: 
"¿Qué saco de ello?" sino ésta: "
¿Qué puedo dar de mí mismo en la vida?"
 No importa cuál sea la forma de religión que adopte más tarde, el muchacho habrá aprendido por sí mismo sus fundamentos, y conociéndolos mediante la práctica, se convierte en un ciudadano con amplia visión de bondad y simpatía para con sus semejantes.

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