LA GRAN CARENCIA
El Escultismo empezó mucho antes de la Gran Guerra, cuando aparentemente no se necesitaba en
nuestra nación. Pero la prueba se ha hecho 10 veces mayor desde entonces. La nación perdió la
flor de sus hombres, lo mejor de su juventud y los que quedaron fueron los viejos, los débiles y los
tímidos, la siguiente generación perdió por lo tanto la ayuda invaluable de los padres y hermanos
mayores, justo cuando la necesitaban más que nunca, ya que la guerra había alejado a los
maestros y al mismo tiempo creado un ambiente de inestabilidad en los alumnos.
Como culminación de esta educación incompleta vino el desempleo para una gran porción de
muchachos, aunada a la ruinosa experiencia de vivir de la caridad y ayuda ajenas.
Luego el re-arreglo de los reinos y el surgir de nuevas naciones, ha creado condiciones caóticas
bajo las cuales los extremistas tienen mayor oportunidad de confundir.
Más que nunca se necesita un entrenamiento definido en cuanto al carácter de nuestros hombres
futuros, en cuyos hombres descansará la responsabilidad de ver al respetado país a salvo del
remolino, o dejar que lo absorba como sucede con muchos otros. La vieja forma de Educación en
las escuelas no podía satisfacer esta necesidad sin ayuda. Si antes de la guerra, nosotros los
Scouts teníamos una débil responsabilidad de ayudar al país, como lo esbocé antes, hoy la
oportunidad es un deber nacional.
La Guerra, sin embargo fue una desgracia para nuestra civilización y para la cristiandad. Si nos
beneficiamos con la lección y realmente queremos evitar que se repita, es nuestra responsabilidad
seguir un adiestramiento de las mentes jóvenes en buena voluntad pacífica y la cooperación, sin
explotar los triunfos o hacer prevalecer el poder sobre el derecho.
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