miércoles, 3 de octubre de 2012

Confianza en sí mismo

El muchacho no recibe todo el beneficio del Escultismo hasta que no obtiene el grado de scout de primera clase. Las pruebas que debe pasar para obtenerlo fueron ideadas con la intención de que a quien demuestre suficiente capacidad para esa categoría se le considere poseedor de las cualidades básicas necesarias para ser un ciudadano viril y honrado. 
Cuando el muchacho es consciente de que ha pasado sus días de noviciado, y de que es ya un ser responsable, con capacidad ejecutiva, digno de la confianza de sus superiores, adquiere seguridad en si mismo. 
Las ambiciones y las esperanzas comienzan a golpear a las puertas de su alma. Entonces se sentirá mejor preparado que antes y dueño de esa confianza en sí mismo que da esperanza y ánimo, en momentos difíciles de la lucha por la vida, así como fuerza espiritual en los empeños para llegar a la meta de sus aspiraciones. Los conocimientos de Primeros Auxilios y los medios para extinguir incendios, el viajar en carromatos y el construir puentes, son de gran valor para desarrollar la destreza y aguzar el ingenio, ya que el muchacho, en cooperación con los demás, es responsable de la parte que le corresponde en la obra. La natación tiene su valor educativo -mental, moral y físico- porque da confianza del dominio de un elemento y la de poder salvar vidas, y con ella se desarrollan también los pulmones y las extremidades. 
Cuando el autor de estas líneas adiestraba a la Policía Sudafricana, acostumbraba enviar a los hombres en parejas para que llevaran a cabo recorridos de grandes distancias, de trescientos a quinientos kilómetros, con el objeto de enseñarlos a defenderse mutuamente y a usar su inteligencia. Pero cuando tenía un recluta algo torpe, lo enviaba solo, sin nadie que lo protegiera, tanto para que se desempeñara por sí mismo, y buscara los medios de alimentarse él y a su caballo, como para que, sin ayuda, rindiera el informe de su expedición. 
Esta fue la mejor práctica de todas para imprimir confianza en sí mismo y avivar su inteligencia; y refleja un principio que puedo recomendar con toda fe a los Jefes de Tropa para el adiestramiento de sus scouts. De todas las escuelas, el campamento es, sin duda ninguna, la mejor para enseñar a los chicos las cualidades del carácter que se desea inculcarles. Allí el ambiente es saludable; los muchachos se vuelven ambiciosos y perspicaces; les rodea todo un mundo interesante, y el Jefe de Tropa tiene a ésta constantemente, día y noche, bajo su dirección. 
El Jefe de Tropa tiene en el campamento, según puede notarse, la mayor oportunidad de observar y conocer las características individuales de cada scout, para después encauzarlas en la dirección conveniente a su desarrollo; y los muchachos a su vez van adquiriendo las cualidades del carácter inherente a la vida campestre, en la cual el comprensivo Jefe de Tropa puede inculcarles, con jovial y bondadosa dirección, disciplina, habilidad, ingenio, confianza, destreza, conocimiento de los bosques, manejo de canoas, espíritu colectivo, los secretos de la naturaleza, etc. Una semana de esta clase de vida equivale a seis meses de enseñanza teórica en las aulas por excelente que ésta Por lo expuesto anteriormente se aconseja que el Jete de Tropa poco experto en ese ramo estudie el arte de acampar en sus distintos aspectos.

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