lunes, 1 de octubre de 2012

La Tropa no debe exceder de 32 scouts

Es preferible que el número de muchachos que compongan una Tropa no pase de treinta y dos. Sugiero esta cifra porque al adiestrarlos he descubierto que dieciséis es el mayor número de muchachos que he podido dirigir con éxito, en la empresa de hacer que revelen y afirmen su carácter. Concedo a otros mentores doble capacidad que la mía, y de ahí que duplique el número haciéndolo llegar a treinta y dos.
He oído a algunos decir que han tenido a su cargo buenas tropas compuestas de sesenta y hasta de cien muchachos; y sus jefes me refieren que han resultado ser tan buenas como los grupos menos numerosos. Me he "admirado" de eso (pero admiración en el sentido literal significa "sorpresa") y no les he creído.
Me preguntan que ¿para qué preocuparse por el adiestramiento individual? Pues porque creo que es la única manera de educar. Se puede instruir a un gran número de muchachos, hasta un millar a la vez, con sólo poseer una voz estentórea y un método agradable de disciplina. Pero eso no es adiestramiento y mucho menos educación.
La educación es lo que cuenta en el desarrollo del carácter y en la formación de hombres. Cuando se infunde en el individuo el incentivo de la propia perfección, hace brotar en él sus energías latentes, en la esfera que más acomode a su temperamento y habilidades. 
No se obtiene el más pequeño resultado enseñando la Ley Scout o imponiéndola como órdenes a un crecido grupo de muchachos. Cada mente requiere una exposición especial de sus principios y el estimulo de ambición para aceptarlos.
Ahí es donde se revela la personalidad y habilidad del Jefe de Tropa.

En vista de ello consideremos unas pocas cualidades morales y mentales que contribuyen a formar el carácter; y después veamos la forma en que el Jefe de Tropa puede conseguir que el muchacho las desarrolle por si mismo mediante la práctica del Escultismo.

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