lunes, 27 de octubre de 2014

EL ESCULTISMO COMO FORMADOR DE CIUDADANOS RESPONSABLES - III

Las palabras suelen cambiar de significado a lo largo de los años, o con los diversos idiomas, o según la mentalidad de los que las usan, o con las diversas latitudes; por lo que si nos centramos en la idea de lo que es un ciudadano el día de hoy, nos parecerá pobre esta finalidad del Escultismo que dejó el Fundador, o al menos nos encontraremos que es insuficiente esta definición ante los diversos textos en los que habla de ese HOMBRE que pretende formar el Escultismo. Por lo tanto debemos decir que:
• Para los hombres de la época victoriana el concepto de ciudadano abarca, en primer lugar, lo que entendemos nosotros, el día de hoy con esa palabra: ciudadano, por lo tanto es una persona que ama su patria, y que por lo tanto participa activamente en lo que está a su alcance para hacer que esa patria sea cada día mejor, y porque ama a su patria cumple las leyes que se tienen en ella, que por amor a su patria participa en la política nacional o local, no sólo emitiendo responsablemente su voto, sino que está integrado a los diversos comités a los que es llamado a cooperar. 
• Pero que no se queda en lo dicho hasta ahora sino que el Buen Ciudadano está integrado a la familia ya que la familia la ve como el núcleo básico de lo que es la sociedad, por lo que como hijo o como padre, como soltero o como casado, cumple con los deberes que le son propios de este estado, y hay que volver a decir que lo hace por amor a lo que es su patria, y no por cumplir con el deber, por lo que es el deber mismo. 
• Y como buen ciudadano, no ve su patria como una realidad aislada de lo que es el mundo, de lo que es el consorcio de las naciones, por lo que desde su patria, y por amor a ella, busca, en la medida que está en sus manos, que la paz, la justicia y el amor sean los que rijan las relaciones entre los diversos pueblos. 
• Que como Buen Ciudadano comprometido con su patria no ve la religión como algo que le es ajeno en su vida, que no ve la religión como algo que puede tener o no tener, sino que para él la religión se encuentra de tal forma encarnada en su vida, que dentro del contexto de esta dinámica de procurar ser eximio en todo lo que es y lo que hace, procura, igualmente por amor, cumplir en todo lo que respecta a asumir los compromisos que se tienen con ese Dios, al que acepta con todas sus consecuencias, y así procura vivir la religión no como algo que le sea ajeno, sino como algo que le es propio por el hecho de ser una persona humana.
Por lo tanto, podemos decir que en la concepción de Baden-Powell ese Buen Ciudadano o en las terminologías modernas, ese Ciudadano Responsable o ese HOMBRE13 es alguien para el que la patria, el prójimo y la religión son realidades en las que está plenamente comprometido, son realidades que trata de vivir en plenitud, son realidades por las que trabaja para que al fin de su vida pueda dejar el mundo mejor que como lo recibió.

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